Ciudad del Vaticano - La histórica reunión sobre los abusos a menores por parte del clero en la que se dará cita la jerarquía católica de este jueves, día 21, al domingo 24 en el Vaticano será “un punto de inflexión” para la Iglesia. Unas breves palabras del papa Francisco darán inicio al evento, tras lo que cada día intervendrán diez relatores, entre ellos tres mujeres: la periodista mexicana Valentina Alazraki, que hablará de la importancia de la comunicación; la monja nigeriana Veronica Openibo y la subsecretaria del dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, Linda Ghisoni. Por la tarde, se formarán grupos de trabajo para analizar las experiencias de cada cultura, país o personales en casos de abusos a menores.

En total, se tratarán temas como la responsabilidad, la transparencia, la rendición de cuentas, los deberes y actitudes personales del obispo, la solidaridad o la comunidad eclesial, para que “la Iglesia vuelva a ser un lugar seguro”, informó ayer, en la rueda de prensa de presentación, el portavoz papal Alessandro Gisotti.

“Para que tenga éxito, se deben acordar estándares globales, pero al mismo tiempo dejar un tanto margen, para que se puedan tener en cuenta las peculiaridades locales, sin que esto comprometa la protección de los menores”, declaró Hans Zollner, organizador del encuentro. En este sentido, el sacerdote jesuita aseguró que es crucial que se debata sobre las similitudes y diferencias de todas las conferencias episcopales, ya que es el único modo de potenciar “de forma automática la conciencia sobre lo importante e indiscutible que es la protección de los niños”.

Asimismo, indicó que “el tema de los abusos está tan presente que ningún miembro de la Iglesia puede realizar una oración sin hacer referencia a ello”. Por su parte, el arzobispo de Chicago, Blase J. Cupich, uno de los miembros del comité organizador expuso que la reunión será “un momento crucial” y “un punto de inflexión” en la Iglesia para que tome conciencia de su responsabilidad. Pero también agregó que no hay que “hinchar” las expectativas de lo que se conseguirá, porque no se va a acabar con los abusos en tres días, pero que “hay que centrarse en esta primera tarea”. De hecho, de esta reunión no saldrá ningún documento, ya que lo que se pretende es una mayor conciencia del problema. Además, el comité organizador continuará el seguimiento del tema tras la celebración de la reunión. Cupich afirmó que, durante estos cuatro días, se tiene que insistir en la “responsabilidad de los obispos” y en la “transparencia”, para que al volver a casa todos los participantes se den cuenta de que están “ante una encrucijada” y que es necesario “rendir cuentas”.

El también miembro del comité organizador y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el maltés Charles Scicluna, subrayó la necesidad de que “se rompa con el código de silencio, con la complicidad y con la negación, porque la vedad es lo que realmente cuenta”.

presencia de las víctimas A su vez, el moderador de la reunión, el exportavoz vaticano padre Lombardi comentó que en la reunión participarán unas 190 personas, entre ellas 114 presidentes de Conferencias Episcopales de todo el mundo, diez representantes de las congregaciones masculinas y diez de las femeninas, los jefes de varios dicasterios -ministerios vaticanos- y expertos.

La cumbre será precedida por una reunión que el comité organizador mantendrá con un grupo de una docena de víctimas, entre ellas el español Miguel Hurtado, quien denunció al monje de Montserrat Andreu Soler, así como el chileno Juan Cruz, entre otros. Algunas víctimas, de las que el Vaticano no ha querido facilitar ni número ni nombre por privacidad, también participarán en estos días en las reuniones en el Vaticano. La reunión comenzará con algunos vídeos de los encuentros que los presidentes de las Conferencias Episcopales han mantenido con algunas víctimas durante estos días, aunque no se facilitó el dato de cuántos han mantenido reuniones con los supervivientes.

El primer día del encuentro estará dedicado al tema de la responsabilidad de los obispos en casos de abusos; en el segundo se abordará la llamada accountability, la rendición de cuentas por parte de cada uno de los miembros de la Iglesia, y la tercera jornada y cuarta estarán dedicadas a la responsabilidad.