Nueva York - El Consejo de Seguridad de la ONU volvió a ser escenario de las profundas diferencias sobre Venezuela que mantienen Estados Unidos y Rusia, que intentaron sin éxito sacar adelante sendas resoluciones sobre la crisis en el país latinoamericano.

La propuesta de resolución de EEUU, que proponía la celebración de elecciones libres, logró los apoyos de nueve de los 15 países, pero chocó con el veto de Rusia y China, que apoyan al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y consideran las presiones estadounidenses y de la Unión Europea una injerencia en los asuntos internos del país. “Tuvimos que utilizar el derecho de veto porque el proyecto de Estados Unidos no es para resolver los problemas en Venezuela, por eso presentamos una alternativa que podría haber ayudado al pueblo de Venezuela sin una intervención foránea para que resuelva sus problemas”, dijo el representante ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, para justificar la postura de su país.

sin los votos necesarios Nebenzia insistió tras el fracaso de las dos votaciones: “Muchas delegaciones han dicho que es necesario que haya elecciones lo más pronto posible en Venezuela: elecciones o no, eso es algo que debe decidir el pueblo venezolano; no decidan por ellos”.

El plan de Moscú, que abogaba por la no intromisión en los asuntos internos de Venezuela, solo contó con el respaldo de China, Sudáfrica y Guinea Ecuatorial, lejos de los nueve votos necesarios para ser aprobado.

Tras la votación, el enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, aseguró que “lamentablemente, al votar en contra de esta resolución (la estadounidense), algunos miembros de este Consejo continúan protegiendo a Maduro y a sus amigos, y prolongando el sufrimiento del pueblo venezolano”. Según Abrams, “independientemente de los resultados de la votación, esta resolución muestra que las democracias en todo el mundo, y especialmente en América Latina, se están movilizando en apoyo del presidente interino (Juan) Guaidó”.

“EEUU se mantendrá firme en el apoyo al gobierno legítimo de Guaidó y la Asamblea Nacional. Esperamos elecciones genuinamente libres y justas (...). Estados Unidos buscará todos los medios para aumentar la asistencia humanitaria a los venezolanos tanto dentro como fuera de su país”, concluyó el representante estadounidense. Ambas resoluciones estaban abocadas al fracaso, como reconocían horas antes de la reunión representantes permanentes como la embajadora británica Karen Pierce. “Creo que tenemos que ser realistas, es muy poco probable que el Consejo sea capaz de llegar a un acuerdo”, dijo Pierce, cuyo país apoyó la resolución presentada por Washington.

Durante la reunión, la diplomática británica destacó que había apoyado el plan estadounidense porque “enfatiza la importancia de establecer las condiciones necesarias para un nuevo y creíble proceso electoral en Venezuela”.

Ante los medios, el representante francés, François Delattre, señaló que “nadie puede negar la crisis humanitaria y las consecuencias para toda la región y el borrador ruso no lo menciona”.

En este sentido, Nebenzia acusó a Washington y a los países europeos de haber pergeñado un plan para justificar un cambio de Gobierno en Venezuela. “Primero crean ustedes una necesidad humanitaria enorme y luego piden al mundo que la resuelva”, dijo.