BRUSELAS. "En política a veces tienes una segunda oportunidad, es lo que tenemos hoy, porque no habrá una tercer oportunidad. No habrá más interpretaciones de interpretaciones, ni más garantías sobre garantías si decae el voto mañana", ha declarado Juncker en una rueda de prensa en Estrasburgo (Francia).

"He sido claro, no habrá más negociaciones", ha zanjado Juncker poco después, al ser preguntado por las alternativas si la Cámara de los Comunes vota en contra de la solución que han consensuado in extremis él y la 'premier'.

Juncker ha comparecido ante la prensa acompañado por la primera ministra británica, Theresa May, con quien se ha reunido durante cerca de dos horas y media en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, en un último intento por sacar el acuerdo de salida del punto muerto en que se encontraba.

El resultado es un "instrumento legalmente vinculante" que ofrece nuevas precisiones y garantías legales al Gobierno británico para defender ante Westminster que la salvaguarda irlandesa ('bacsktop' en la jerga comunitaria) es una herramienta de último recurso y, en cualquier caso, temporal.

La Cámara de los Comunes rechazó en un primer voto en enero las condiciones del Tratado de Retirada, sobre todo por temor a que la red de seguridad diseñada para evitar la vuelta a una frontera física en el Úlster supusiera "atrapar" a Reino Unido de manera indefinida en la Unión Aduanera.

En estos meses, la UE a 27 se ha negado a introducir cambios en el acuerdo de salida, con mayor peso legal, y ha ofrecido a explorar nuevas alternativas en el marco de la declaración política que dibuja el marco de la relación futura.

Finalmente, la fórmula acordada incluye un instrumento común "con peso legal", ha dicho Juncker, que "completa pero no reabre" el Tratado de Retirada y que respeta las directrices que marcaron los líderes de la Unión Europea cuando se inició el proceso.

Por eso Juncker ha asegurado que Irlanda respaldará estos complementos al acuerdo y también ha pedido al presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, que recomiende a los jefes de Estado y de Gobierno del bloque que secunden la solución en la cumbre europea que celebrarán del 21 al 22 de marzo.

El jefe del Ejecutivo comunitario ha sostenido que éste es "el único acuerdo factible", una idea que también ha recogido May, quien también ha subrayado que el llamado 'backstop' es visto por ambas partes como una "póliza de seguros" que ninguno de ellos desea ver activa y que, en cualquier caso, también ambas partes coinciden en que "nunca debe ser usado".

En su carta a Tusk, además de declarar la determinación del bloque por cumplir a tiempo con el proceso de ratificación y lograr una desconexión "ordenada y amistosa", Juncker avisa de que en cualquier caso, el Brexit debe completarse antes de que tengan lugar las elecciones europeas (23 al 26 de mayo).

De lo contrario, subraya el jefe del Ejecutivo comunitario, Reino Unido estará obligado legalmente a convocar estas elecciones, tal y como exigen las reglas de la UE a todos sus Estados miembros.

Juncker cerraría de este modo la posibilidad de aplazar a largo plazo el Brexit y limitaría las opciones de prórroga a un plazo corto para cumplir con los procesos de tramitación del divorcio.

MOMENTO DE APROBAR EL ACUERDO

May ha insistido en que el texto negociado con Bruselas supone "cambios legales", por lo que ha confiado en que ha llegado el momento de "respaldar este acuerdo mejorado del Brexit".

Las garantías con que cuenta ahora Londres se apoyan en el texto conjunto, una carta de Juncker a Tusk informando de lo acordado y también una "declaración unilateral" del Gobierno británico que afirma que, en caso de que las negociaciones sobre el futuro se rompan y no haya visos de acuerdo, la posición británica será que "no habrá nada que impida a Reino Unido promover medidas que finalmente lleven a deshacer la salvaguarda".

La 'premier' ha aclarado que este tipo de declaraciones unilaterales son utilizadas habitualmente como complemento en los proceso de ratificación de Tratados y que ahora el Fiscal General de Reino Unido, Geoffrey Cox, llevará a cabo un análisis jurídico de los documentos anunciados.

La mandataria británica ha añadido que este martes comparecerá ante la Cámara de los Comunes para rendir cuentas sobre lo negociado, antes de que arranque el debate sobre el acuerdo y se proceda posteriormente a votación.

Si Westminster vota de nuevo en contra del acuerdo de divorcio, a pesar de las aclaraciones añadidas en el último momento, el miércoles habrá un segundo voto para saber si el Parlamento británico secunda una salida caótica sin acuerdo.

En caso de que el resultado arroje un rechazo mayoritario a un divorcio desordenado, los diputados británicos se enfrentarán a un tercer voto el jueves, para decidir si el Gobierno debe solicitar o no a sus socios un aplazamiento del Brexit y evitar así una salida abrupta y sin acuerdo el 29 de marzo.