washington - El Congreso de Estados Unidos está estrechando el cerco sobre Donald Trump en su intento de iniciar un juicio político (impeachment) contra el presidente y la Cámara de Representantes votará maña jueves formalizar el proceso del citado juicio político.

El presidente del Comité de Reglas y Procedimientos de la Cámara de Representantes, el demócrata Jim McGovern, dijo que el voto del jueves “garantizará la transparencia (del proceso) y proporcionará un claro camino hacia adelante”.

La Casa Blanca, por su parte, consideró en un comunicado que la decisión de los demócratas es una “admisión” de que el proceso ha sido “ilegítimo” hasta la fecha.

La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, dijo que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, “está admitiendo finalmente lo que el resto de Estados Unidos sabe”.

“Que los demócratas están llevando a cabo un proceso no autorizado de destitución sin darle al presidente un debido proceso, y que sus declaraciones secretas, turbias, a puerta cerrada, son completa e irreversiblemente ilegítimas”, afirmó.

Pelosi, en una carta a los congresistas, aseguró que el voto garantizará los derechos al debido proceso para Trump y sus abogados.

También establecerá un procedimiento para realizar audiencias públicas y para divulgar transcripciones en el marco de la investigación vigente. “Estamos dando este paso para eliminar cualquier duda sobre si el Gobierno de Trump puede retener documentos, evitar las declaraciones de testigos, ignorar citaciones debidamente autorizadas o continuar obstruyendo a la Cámara de Representantes”, añadió.

Pelosi ordenó hace un mes a sus comités en la Cámara Baja abrir una investigación de juicio político contra Trump por haber “traicionado” la seguridad nacional y la Constitución.

Una filtración desde dentro de la Casa Blanca puso en alerta a la oposición sobre los contactos que Trump estaba estableciendo con el Gobierno de Ucrania y su nuevo presidente, Vladímir Zelensky.

La filtración dejó al descubierto una llamada de finales de julio en la que Trump pidió a Zelensky que investigara al exvicepresidente y precandidato demócrata a la Casa Blanca Joe Biden y a su hijo Hunter por supuestos actos de corrupción en Ucrania.

testimonio Mientras, la Cámara de Representantes de EEUU obtuvo ayer el primer testimonio de alguien que escuchó directamente la llamada que ha desencadenado una investigación para abrir un posible juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, mientras los demócratas desvelaban la hoja de ruta que planean seguir en su indagación. La comparecencia ante varios comités de la Cámara Baja del teniente coronel del Ejército Alexander Vindman fue tan celebrada por los demócratas como criticada por Trump, quien trató de minimizarla en varios tuits e insistió en que no conocía al testigo convocado por los progresistas.

Vindman es el principal experto en Ucrania del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés) de la Casa Blanca, y es el único de los testigos que han recibido hasta ahora los congresistas que se conectó a la llamada del pasado 25 de julio entre Trump y el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski.

Su testimonio supuso la quinta confirmación hasta ahora de que Trump condicionó o una reunión con Zelenski, o bien la entrega de ayuda militar a Ucrania a una investigación de sus rivales políticos, un tema que podría espolear un proceso de destitución del presidente.

Preocupación “Me preocupó la llamada. No creí que fuera adecuado pedir que un Gobierno extranjero investigara a un ciudadano estadounidense”, el exvicepresidente Joe Biden, afirmó Vindman en su declaración inicial ante los congresistas, filtrada a los medios la noche del lunes.

Vindman escuchó la llamada desde la sala de crisis de la Casa Blanca junto a otros funcionarios, y al finalizar, trasladó sus “preocupaciones” al respecto a los abogados del NSC.

Unos días antes de la conversación telefónica, Vindman escuchó al embajador estadounidense ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, “hablar de que Ucrania tenía que cumplir en cuanto a ciertas investigaciones para conseguir la reunión con el presidente”, relacionadas “con las elecciones de 2016 y los Biden”.

“Le dije al embajador Sondland que esas declaraciones no eran adecuadas (...) y que el NSC no se iba a implicar en ellas ni presionar por ellas”, relató Vindman.

Su declaración se sumó a otras cuatro corroboraciones de que Trump usó el poder de su cargo para lograr sus fines partidistas, expresadas por Sondland; el embajador interino en Ucrania, William Taylor; el senador republicano Ron Johnson; y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, quien luego intentó desdecirse. - Efe