Sídney - Australia aprovecha un descenso de las temperaturas, en el sureste del país, para controlar más de un centenar de incendios que arden en esa zona, tras una jornada de intenso calor y fuertes vientos que provocaron la fusión de varios fuegos.

En la noche del viernes, tres focos se unieron para crear un megaincendio en la región montañosa de Snowy Mountains, en la frontera entre el estado de Victoria y Nueva Gales del Sur (NSW, siglas en inglés), que tiene más de 6.000 kilómetros cuadrados.

Este segundo incendio gigantesco, después del de Gospers Mountain, que arde al oeste de Sídney y ha calcinado un área que equivale a siete veces la que ocupa Singapur. Es la preocupación de las autoridades, así como la posibilidad de la fusión de otros fuegos, pese a la caída de unas lluvias que parecen insuficientes para aplacarlos.

"Esperamos que las tormentas eléctricas, tormentas secas y los rayos no causen nuevos incendios", dijo ayer, en una rueda de prensa en Sídney, el jefe del Servicio Rural de Bomberos de NSW, Shane Fitzsimmons.

Por su parte, la ministra de Servicios de Emergencia de Victoria, Lisa Neville, explicó que ha llovido en algunas zonas afectadas por los incendios, como East Gippsland, pero el peligro ahora es la posibilidad de que las tormentas eléctricas causen inundaciones y pongan en peligro a bomberos y trabajadores del servicio de emergencia.

consecuencias Desde el septiembre pasado, los incendios han arrasado una superficie de más de 80.000 kilómetros cuadrados, que es más grande a la que ocupa Irlanda o Panamá, ha dejado 26 muertos y se calcula que hasta mil millones de animales salvajes podrían habrían muerto. - Efe