Berlín - El Partido Liberal Alemán (FDP) reconoce que sus posicionamientos políticos han quedado “en duda” a raíz de lo sucedido en el land de Turingia, donde su candidato salió elegido jefe del Ejecutivo con los votos de la ultraderecha.

El secretario general del FDP, Christian Lindner, realizó estas declaraciones ayer en un encuentro con los medios poco antes de que comenzase un encuentro del grupo parlamentario de su formación en el Bundestag.

La elección en Turingia de Thomas Kemmerich, que fue elegido el pasado miércoles y dimitió ayer, ha provocado la mayor crisis de la legislatura al ser la primera vez desde la II Guerra Mundial que se rompe el “cordón sanitario” a la ultraderecha.

“El FDP, como partido de centro, condena todo tipo de extremismos y los sucesos de Turingia han puesto en duda esta posición. Por eso debemos trabajar. Somos el partido de la libertad, el liberalismo y la apertura al mundo... no podemos acercarnos de ninguna manera a Alternativa para Alemania (AfD)”, aseguró Lindner. Estos hechos, agregó, “dañan el alma” del FDP y “la cultura política alemana”. Por eso, es “importante” que Kemmerich haya dimitido formalmente.

Lindner subrayó que habló con la canciller alemana, Angela Merkel, y que ella no presionó para que Kemmerich abandonase su puesto. El vicecanciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, sí que le comunicó al secretario general del FDP que para su partido era “importante” la dimisión.

AfD, prosiguió Lindner, está practicando una “oposición constructiva-destructiva” llena de “maniobras tácticas” como nunca se ha practicado en la República federal con el último objetivo de “caotizar la democracia”.