Una macrooperación que ha involucrado a múltiples agencias de seguridad estadounidenses ha desembocado en la liberación de 33 menores atrapados en una trama de explotación sexual y tráfico de personas.

La operación 'Angeles Perdidos', que comenzó el 11 de enero, culminó a lo largo del viernes por la noche en el condado de Los Angeles. Ha estado protagonizada por el FBI, la Policía de Los Angeles, la Oficina del Sheriff del Condado de Los Angeles y se ha saldado de momento con el arresto de una persona sospechosa de trata de personas.

De los 33 niños recuperados, ocho estaban siendo explotados sexualmente en el momento de su rescate, según el comunicado del FBI. Todos ellos eran considerados como "niños desaparecidos" y al menos dos habían sido rescatados previamente dado que habían decidido regresar con sus captores por las amenazas recibidas.

"Este ciclo dañino destaca los desafíos que enfrentan las víctimas y los que enfrentan las fuerzas del orden cuando intentan evitar que las víctimas regresen a una situación abusiva", según el FBI. "De hecho, es posible que las víctimas no se identifiquen a sí mismas como víctimas de trata o que ni siquiera se den cuenta de que están siendo objeto de trata", lamenta la agencia.

Algunas de las víctimas tenían antecedentes penales por delitos menores, como violación la libertad condicional o robo, dijeron las autoridades. Se descubrió que uno de los niños había sido víctima de un secuestro paterno.