Al menos ocho personas han muerto y 15 han resultado heridas este sábado durante las cargas policiales en las últimas protestas convocadas en Birmania contra el golpe de Estado propinado el mes pasado por los militares del país.

Cuatro personas perdieron la vida en dos manifestaciones convocadas en el centro financiero del país, Rangún, y la localidad de Pyay, en la región de Bago, mientras que otras cuatro fallecieron durante otra manifestación a primera hora de este sábado en la ciudad de Mandalay, donde además se registraron 15 heridos.

Según informan fuentes del portal de noticias Myanmar Now, entre las víctimas de Mandalay se encuentran una mujer y tres hombres, entre ellos un monje budista.

Asimismo, también se ha dado a conocer que la Embajada alemana en Rangún ha pedido a las autoridades birmanas que se aseguren de que el periodista polaco de la agencia DPA, Robert Bociaga, detenido el jueves por las autoridades en el centro del país, recibe "un trato justo y humano".

"La Embajada, también en nombre de la Embajada de Polonia en Bangkok, ha solicitado formalmente a Birmania que informe sobre el paradero exacto del ciudadano polaco detenido, que le conceda acceso consular inmediato y que proporcione información por escrito sobre el motivo de su detención y entrega de cargos", ha informado la Embajada en su cuenta de Facebook.

El reportero, de 30 años, fue presuntamente golpeado y herido durante su arresto, según otro periodista de Khit Thit Media. Las fotos que acompañaban al mensaje mostraban a Bociaga rodeado por una docena de hombres uniformados y levantando las manos para protegerse.

70 fallecidos

Desde que comenzó el golpe, más de 70 personas han fallecido y la cifra de personas detenidas supera las 2.000, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés). Los arrestos además han afectado también a los más vulnerables y ONU Mujeres ha denunciado que seis mujeres han muerto y cerca de 600 han sido detenidas durante las protestas.

En la misma línea, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha recalcado a través de la página de Facebook de su filial en Birmania que la situación "continúa escalando alarmantemente" y que al menos nueve menores de edad han muerto. Asimismo, estiman en 700 la cifra de menores arrestados y denuncian que a muchos se le ha negado el acceso a un abogado.