Las protestas de cientos de militares retirados este martes en el Congreso de Guatemala dejaron un saldo de cuatro periodistas heridos y una decena de policías heridos, además de dos detenidos y cientos de funcionarios y trabajadores del Organismo Legislativo con crisis nerviosa. Los veteranos, que cargaban machetes, palos y piedras, irrumpieron a la fuerza en el edificio parlamentario al romper el portón de hierro del mismo, y en donde quemaron oficinas legislativas y cinco automóviles y tres motocicletas, según constató Efe.

De acuerdo a información oficial, validada por la Policía Nacional Civil y la Procuraduría de Derechos Humanos, al menos diez policías fueron heridos por los enfrentamientos, así como cuatro periodistas de los medios locales Nuestro Diario, Prensa Libre, Quorum y Nuestro Mundo y varios más fueron amenazados por su labor.

El reportero gráfico herido de Nuestro Diario, David Sanchielli, fue golpeado con una piedra en la cabeza por los manifestantes, que además le rompieron el equipo fotográfico, aseguró él mismo, tras ser atendido por el cuerpo de bomberos. La manifestación se tornó violenta alrededor de las 14.00 hora local (18.00 GMT), previo a que iniciara la sesión plenaria. Para ese momento había únicamente 12 de los 160 congresistas, quienes debieron resguardarse en oficinas, fuera del alcance de los manifestantes.

También se encontraba dentro de las oficinas legislativas el ministro de Energía y Minas, Alberto Pimentel, quien dijo a medios locales que "la situación es complicada porque nos tienen retenidos". La Policía Nacional Civil preparó un operativo para evacuar a los más de cien trabajadores del Congreso, los diputados y el ministro de Estado en la calle paralela al estacionamiento donde estaban los manifestantes; es decir, en el otro extremo del edificio, donde ya las fuerzas de seguridad habían controlado los alrededores.

Al finalizar la evacuación, las fuerzas especiales antimotines de la Policía consiguió repeler a los violentos y, alrededor de tres horas y media después del ataque al edifico consiguieron controlar el área y detener a dos supuestos implicados, quienes posteriormente fueron trasladados a la torre de tribunales. Los excombatientes del conflicto armado interno, que piden una compensación por sus servicios al Ejército durante la guerra civil, se habían manifestado en varios días durante las últimas dos semanas, con bloqueos de carreteras, y finalmente este martes decidieron tomar acciones en el Congreso.

La iniciativa solicitada por los veteranos de la guerra interna se encuentra bajo análisis de las comisiones de Defensa, Finanzas y Derechos Humanos del Congreso y plantea un pago de 120.000 quetzales (15.500 dólares aproximadamente) para cada uno de los exmilitares o sus familiares si estos ya hubiesen muerto, otorgado en cuatro pagos anuales. La compensación económica a los veteranos de la guerra interna fue una de las promesas de campaña del presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, en su campaña de elección en 2019.

La guerra interna acabó el 29 de diciembre de 1996 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la Guerrilla compuesta por la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), con un saldo de más de 250.000 muertos y desaparecidos, que en más del 90 % de los casos son atribuidos al Ejército de Guatemala según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Naciones Unidas.