- La OTAN y Rusia mostraron ayer "significativas diferencias" y no se movieron de sus posiciones sobre la situación en Ucrania y la seguridad en Europa, en la primera cumbre celebrada en más de dos años, pero no se cerraron a seguir dialogando.

"Hay significativas diferencias entre los aliados y Rusia en estos asuntos" que "no serán fáciles de superar", reconoció el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. No obstante, consideró una "señal positiva" que se hayan "sentado alrededor de la misma mesa y abordado asuntos importantes", como son el refuerzo militar ordenado por Moscú junto a Ucrania y sus implicaciones para la seguridad en Europa.

Las dos partes se dedicaron a pasar revista a sus líneas rojas sin hacer concesiones. Los aliados insistieron en que Rusia rebaje la tensión provocada por su refuerzo militar junto a Ucrania y respete la soberanía e integridad territorial de sus vecinos, mientras que las propuestas de Moscú estuvieron centradas fundamentalmente en que la Alianza no siga expandiéndose cerca de sus fronteras.

Stoltenberg señaló que están dispuestos a dialogar "de buena fe" pero, al mismo tiempo, deben estar preparados en caso de que Rusia "una vez más opte por la confrontación": dejaron claro que si vuelve a usar la fuerza contra Ucrania sería un "grave error estratégico" que tendría "severas consecuencias" y un "coste elevado".

Los aliados confirmaron su política de "puertas abiertas", subrayaron que cada país tiene derecho a elegir sus propios acuerdos de seguridad y dijeron que "no renunciarán a su capacidad de proteger y defenderse entre ellos", incluso con el despliegue de tropas.

El intento de la OTAN de construir la estabilidad "contra y sin Rusia" está condenados al fracaso, advirtió Alexander Grushko, viceministro de Exteriores ruso, que indicó que "de una forma muy directa" su delegación había subrayado "que la futura degradación de la situación puede acarrear consecuencias muy graves para la seguridad europea".

"Si hay intimidación, habrá contraintimidación", replicó, e insistió en que "es un imperativo que la OTAN conceda a Rusia garantías jurídicas de no ampliación al este".

En cualquier caso, las dos partes expresaron la necesidad de reanudar el diálogo y explorar un calendario de futuras reuniones, según Stoltenberg, quien precisó que Rusia aún no está en posición de dar una respuesta para concretar fechas. Stoltenberg aseguró que los aliados "no se hacen ilusiones" sobre las perspectivas de progreso en estas conversaciones, pero reconoció que, aunque el diálogo es "difícil", resulta "necesario". Está previsto que los contactos prosigan hoy en Viena.

El líder de la OTAN pidió a Rusia que se abstenga de "adoptar posturas de fuerza agresivas" contra los aliados.

El viceministro de Exteriores de Rusia indicó que cualquier ampliación de la Alianza Atlántica "preocupa" a Moscú.

La subsecretaria de Estado de EE UU apuntó que la OTAN no escuchó "cosas nuevas" por parte de Rusia.

Sobre el futuro. El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, alertó ayer, en un artículo en su blog, de que Rusia pretende crear división entre Estados Unidos y una Europa "irrelevante", así como reconstituir el bloque geopolítico soviético.