- Las familias de las víctimas del Domingo Sangriento marcharon ayer por las calles de Derry para recordar a los 14 civiles asesinados por el Ejército británico hace hoy 50 años y mantener viva su lucha para llevar ante la Justicia a los autores de esta masacre.

Acompañadas por miles de personas, desfilaron por el recorrido original de la marcha organizada el 30 de enero de 1972 para denunciar la discriminación que sufría la comunidad católica-nacionalista en Irlanda de Norte a manos del Gobierno de Belfast, sectario y reservado solo para partidos unionistas-protestantes.

El trayecto aquel día estaba diseñado para concluir en el Ayuntamiento, pero las medidas impuestas por la Policía para impedirlo desembocaron en disturbios, lo que dio pie a que entrase en el barrio católico del Bogside el primer batallón del Regimiento de Paracaidistas.

La marcha organizada ayer, liderada por niños, sí llegó al Ayuntamiento antes de emprender el regreso al Bogside, donde se celebró un acto conmemorativo ante el Monumento del Domingo Sangriento y en el que las familias depositaron fotografías de sus seres queridos.

También participaron en esta ceremonia el primer ministro irlandés, Michaél Martin, y su titular de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, quienes efectuaron una ofrenda floral ante el monumento después de escuchar los nombres de todos los heridos y fallecidos en el Domingo Sangriento.

Martin se reunió a continuación en privado con las familias, a las que agradeció su dedicación para llevar a cabo una "persistente, digna y valiente campaña" para buscar "justicia, verdad y responsables". El taoiseach declaró a los medios que el Gobierno de Dublín apoya los esfuerzos de los activistas para lograr que los tribunales castiguen a los responsables de aquella atrocidad.

Entre otros actos organizados ayer, la catedral de Santa Eugenia acogió una misa especial en la que el primado de la iglesia católica en el Irlanda, el arzobispo Eamon Martin, recordó que el "horror infligido en Derry" fue finalmente "expuesto y desafiado" por las familias.

El religioso se refería a la versión oficial ofrecida por el Gobierno británico hace medio siglo, cuando la investigación de Lord Widgery concluyó que los militares respondieron con fuego a la agresión de del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés, el IRA.

Después de años de campaña, las familias obligaron a Londres a lanzar una nueva pesquisa y el nuevo Informe Saville calificó en 2010 de "injustificada e injustificable" la actuación de los soldados, quienes sabían además que estaban ofreciendo "falsos testimonios" al tribunal Widgery.

Amnistía. El primer ministro británico, Boris Johnson, presentó el pasado mayo una propuesta de ley encaminada a conceder una amnistía a los militares que sirvieron en Irlanda del Norte durante el conflicto, una medida que se aplicaría también a los paramilitares, pero que cuenta con el rechazo de todas las fuerzas políticas de Irlanda del Norte, ya sean unionistas o nacionalistas.

'Soldado F'. Esta nueva legislación paralizaría los posibles procesos contra los militares implicados en el Domingo Sangriento, entre ellos, el llamado 'Soldado F', responsable, según el 'Informe Saville' de la muerte de varios civiles en la masacre.

"Saville dijo que el 'Soldado F' era responsable de más muertes. Están intentando de nuevo encubrir a gente y ocultar lo que pasó en el Domingo Sangriento. Pero no les dejaremos porque seguimos dejándoles en evidencia".