Bruselas - El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, señaló ayer que Europa no puede construirse “contra las naciones y regiones” que forman parte de ella, e instó a estos tres niveles de gobierno a trabajar juntos y a que se respeten las competencias de cada uno de ellos. “Europa no se puede construir contra las naciones o las regiones. No son inventos provisionales de la historia, son fenómenos duraderos y no queremos dar la impresión de que debemos sustituirlos por la Unión Europea”, afirmó Juncker durante la conferencia de apertura de la Semana Europea de las Regiones y Ciudades. Juncker subrayó que en su participación en los diálogos ciudadanos ha percibido que los europeos aman “su tierra, su paisaje, su tradición y la diversidad que forma la riqueza de Europa. La nación, la región y la UE son tres cosas que van muy bien juntas”, recalcó el presidente de la CE. El político luxemburgués, que comienza el último curso político de su legislatura al frente del Ejecutivo comunitario, instó también a respetar el crecimiento del euroescepticismo y aseguró que quienes albergan estos sentimientos “merecen que hablen con ellos. Yo distingo entre euroescépticos que tienen preguntas que hacer y los populistas y nacionalistas estúpidos. No son lo mismo. Hay que enfrentarse a esa marcha por la no Europa que defiende el populismo estúpido y el nacionalismo miope”, advirtió Juncker.

Juncker avaló, además, el progreso del grupo de trabajo sobre subsidiariedad, liderado por el vicepresidente de la CE Frans Timmermans y en el que también está involucrado el Comité Europeo de las Regiones, y pidió dedicar más esfuerzos a organizar la cooperación y la cohesión en el continente. “La Unión Europea es una intersección virtuosa entre el nivel local, regional, nacional y continental. Lo uno no puede funcionar sin lo otro”, aseguró, y puso como ejemplo la lucha contra el cambio climático en la que “está involucrada toda Europa” y, a la vez, cuenta con las ciudades como “pioneras en forma de vida diferente”.

Juncker se refirió asimismo al próximo presupuesto plurianual de la UE para 2021-2027, cuya primera propuesta pasará pronto bajo la lupa del Parlamento y el Consejo (los países) y se negociará antes de ser aprobada, y recordó que no es un “mero ejercicio contable” sino “el futuro plasmado en cifras”.

Recorte presupuestario En ese panorama, aseguró, la política de cohesión “desempeña un papel protagonista”, pese al recorte en comparación con el periodo presupuestario anterior y agregó que ese recorte es la alternativa a que en las cuentas no tuvieran cabida nuevas políticas como la inmigración o la defensa. “Tenemos prioridades nuevas que tenemos que tener presentes. Inmigración, defensa, mayor esfuerzo en investigación e innovación, los jóvenes europeos... o dejamos las cosas como están o incorporamos a nuestra forma de pensar el futuro de las nuevas políticas”, planteó el presidente de la Comisión.

Juncker dijo que conjugar ambas opciones -mantener el presupuesto para cohesión intacto y dedicar los recursos a nuevas prioridades- hubiera supuesto que el presupuesto fuese el 1,4% del PIB conjunto de los Veintisiete países que quedarán en la UE tras el brexit. Actualmente, este porcentaje es del 1,03% y la propuesta de Bruselas llama a elevarlo al 1,11% para 2021-2027, y, según Juncker, ni siquiera la Eurocámara, que es la que habitualmente marca objetivos más ambiciosos en este sentido, ha llegado al punto de solicitar subirlo al 1,4%. - Efe