maría Chivite avanzó ayer que, como “madre afectada”, acudirá el próximo día 27 a la manifestación que exigirá la devolución del IRPF pagado por las prestaciones recibidas por maternidad que UPN, PSN y PPN acordaron suprimir desde el 1 de enero de 2013.

No es ninguna novedad que la secretaria general del PSN acuda a una marcha contra la acción del Gobierno del cambio. Ya estuvo en la conocida como la marcha de la txistorra que grupos ultras convocaron en junio de 2017 en defensa de la bandera de Navarra -por lo visto la enseña foral estaba en peligro- y también secundó, aunque no pudo asistir, la del pasado junio contra el euskera. Por lo tanto, lo noticioso en este caso sería que desmarcara a su partido -que dice que quiere gobernar a partir del año que viene con las formaciones que sostienen al actual Ejecutivo excepto EH Bildu- de esta protesta y que tuviera algún gesto de empatía con los que, asegura una y otra vez entre la incredulidad generalizada, anhela sean sus próximos compañeros de viaje.

Al margen de todo lo reseñado, la posición del tripartito UPN, PSN y PPN es de un cinismo al cubo. Fueron ellos los que, casi a hurtadillas, retiraron de la noche a la mañana esta exención fiscal que costaba del orden de siete millones anuales a la Hacienda Foral. Y son ellos mismos, que se han opuesto sistemáticamente a la inmensa mayoría de modificaciones tributarias para incrementar la recaudación pública, quienes le exigen a este Gobierno que devuelva lo que ellos ya se gastaron. No dicen, obviamente, de dónde saldría ese dineral.

La reclamación, en cualquier caso, tiene todo el encaje lógico en lo que viene siendo la posición de la derecha desde que es derecha. Chirría, sin embargo, bastante más en una formación que se autoproclama de izquierdas, pese a que se sienta cómoda con posicionamientos muy alejados de lo que se entiende son los postulados progresistas.

La sentencia del Tribunal Supremo que ha anulado estas retenciones en el Estado ha coincidido con un momento en el que el Gobierno de Navarra y los grupos del cambio tramitan una norma que compensa la retirada de esa exención con unas deducciones más progresivas. En lugar de compensar por igual la maternidad a quien gana 100.000 euros que a quien declara 25.000, la Hacienda Foral introducirá tramos de deducción en función de los niveles de renta.

Pero tampoco esto es del agrado de Chivite. La secretaria general del PSN fue madre en febrero de 2015. Entonces, era la portavoz del grupo parlamentario del PSOE en el Senado y sus ingresos declarados, incluidas las dietas por acudir a las sesiones de la Cámara Alta, superan los 90.000 euros. Si se hubiera pedido la baja completa por maternidad, que no fue el caso entre otras razones por las elecciones de mayo de 2015, a Chivite le correspondería que le devolvieran unos 8.000 euros. Los que ella misma se quitó cuando apoyó la ley foral que eliminó estas exenciones fiscales y los que tampoco percibirían las madres que estuvieran en paro o que cobraran el salario mínimo.