Bilbao - La Ertzaintza sigue buscando el arma del calibre nueve milímetros con el que el pasado domingo por la mañana se efectuó un disparo contra un caserío de Amurrio (Álava) habitado por conocidos militantes de la izquierda abertzale. Fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco aseguraron a este medio que la localización del arma corta resulta fundamental para imputar al agente de la Policía Nacional retirado que vive en las inmediaciones y que ya fue identificado por la Policía vasca por estos hechos, o para descartar su participación y emprender una vía de investigación diferente.

Desde el primer momento todas las miradas se posaron sobre este vecino del barrio de Lezama, comenzando por los propios habitantes del caserío atacado -Sortu desveló que uno de ellos milita en dicha formación y otro en Ernai-. Sin embargo, se está a la espera de los informes de balística y del resultado de la labor de los agentes de investigación para terminar de confirmar o descartar estas sospechas. Al parecer, este expolicía ya había tenido en el pasado problemas de convivencia en su vecindario, lo que apuntaba hacia un posible móvil político.

El disparo, efectuado en torno a las 11.15 horas del día de Reyes, atravesó una ventana e impactó contra la pared de la cocina, tras lo que los afectados denunciaron los hechos. En ese momento, de la ventana colgaba una bandera en favor del acercamiento de presos. La alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien (PNV), afirmó ayer que todo indica que el tiro se efectuó con “un arma corta, una pistola que no estaría autorizada”, aunque desde Seguridad instaron a esperar a localizarla para confirmarlo. Dado el calibre de la munición, desde el primer momento se descartó que se tratara de un disparo perdido de una escopeta de caza.

Munición hallada Según la agencia Efe, en el registro efectuado en la vivienda del policía nacional jubilado la Ertzaintza encontró munición, pero no la pistola. Agregó que el identificado negó ser el autor de los hechos y que se trataría de un familiar cercano del exlehendakari Juan José Ibarretxe, natural de Laudio. Mientras, la izquierda abertzale siguió denunciando ayer esta “agresión”, y así el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga la achacó “al caldo de cultivo ideológico totalitario que se está exacerbando en el Estado y que nunca se ha ido” de Euskadi.

La portavoz de dicha formación, Maddalen Iriarte, lamentó a su vez la “tibieza” en la respuesta de los partidos políticos e instó a “diferenciar entre atacar con un tiro la casa de una familia o una pintada”. Por su parte, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, pidió a Sortu que condene “con la misma rotundidad” los ataques contra otros partidos o instituciones. En una nota, el EBB condenó “de forma enérgica y rotunda” el disparo y expresó su “solidaridad y cercanía” con la familia. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, calificó este suceso de “muy grave y preocupante”.

“No cambiaremos de ideas políticas”

Tres banderas. Mertxe Azkarraga, representante de la familia Azkarraga Isasi, contra cuyo caserío se produjo el disparo, afirmó ayer que su vida corrió peligro por este hecho y que algunos políticos de la derecha tienen interés en que vivan “con miedo”. Explicó que en el caserío tienen tres banderas, una en favor de los presos, otra contra el fracking y una tercera de apoyo al Sáhara, y advirtió de que no se van a mover de “la casa de sus antepasados” ni van a cambiar de ideas políticas.

Actos de protesta. Amurrio acogió ayer dos actos de repulsa, el primero a las 18.00 horas frente al ayuntamiento, que condenó de forma unánime (PNV, EH Bildu, Orain Amurrio, PSE, PP y Guk Bai) este suceso. Una hora después tuvo lugar una manifestación promovida por la izquierda abertzale.