PAMPLONa - Transcurridos más de siete años desde que ETA dio por concluida su etapa de violencia y casi uno desde que se disolvió, los presos vascos siguen padeciendo una situación de excepcionalidad. Prueba de ello es que el 84% de ellos cumple su condena en primer grado -el más severo de todos-, mientras que solo al 2,1% de la población reclusa se le aplica este estricto régimen.

El dato fue aportado ayer en rueda de prensa por Inaxio Oiartzabal y Joseba Azkarraga, de la red ciudadana Sare, quienes expresaron su frustración por el balance de los ocho meses del PSOE en Moncloa.

“Todo se ha quedado en palabras, palabras y palabras que nada tienen que ver con una política valiente y humana en relación a los presos”, denunciaron ayer sobre la actuación en este tiempo del presidente Pedro Sánchez y el ministro Fernando Grande-Marlaska. Consideran que ninguno de los dos ha cumplido “su voluntad de dar pasos hacia un cambio en la política penitenciaria”, como reclama “la mayoría de las fuerzas políticas y la unanimidad de las fuerzas sindicales”.

contradictorio Sare detalló esta “excepcionalidad” penitenciaria apoyada en concluyentes números. En la actualidad, ninguno de los 211 presos vascos en cárceles del Estado español ha alcanzado el tercer grado. Es más, de los 19 que están enfermos, 12 continúan en primer grado.

“Es una contradicción que se les pida recorrer el camino de la progresión de grado y que luego se les deniegue”, subrayó Azkarraga. Añadió que desde que el PSOE está al frente del Gobierno, sólo 20 presos han progresado del primer grado al segundo grado -que permite algún permiso y es paso necesario para obtener el tercero-, “pero la mayoría han alcanzado esta situación cuando su condena está a punto de terminar”.

Además, siguen siendo muchas las personas presas que completan su condena sin ver ninguna progresión de grado desde su encarcelamiento. De hecho, de los 22 presos a los que les faltan menos de dos años para terminar su condena, 16 siguen en primer grado.

Y tampoco se ha avanzado lo suficiente hacia el final de la dispersión. “Acercarlos a 250 km es un tímido avance, pero en absoluto supone poner fin al alejamiento”, valoraron Oiartzabal y Azkarraga.

Solo 34 en segundo grado. De los 211 presos vascos encarcelados en España por pertenencia a ETA, Segi u otras organizaciones, solo 34 están en segundo grado y ninguno en el tercero.

Denegada la progresión. Solo tres peticiones de progresión del primer grado al segundo han sido aceptadas hasta ahora, mientras que 69 han sido denegadas y 43 están pendientes de ser revisadas.