pamplona - La convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril va camino de convertirse en el último y más inmediato obstáculo en el desarrollo del Tren de Alta Velocidad (TAV) a su paso por Navarra.

Después de que la semana pasada el no del Congreso a los Presupuestos privase de 78,6 millones para la obra en Navarra, el posterior adelanto electoral decretado por Pedro Sánchez va a provocar, muy probablemente, que Navarra y el Estado -además de la CAV en este caso- se vean también privadas de avanzar conjuntamente en otros aspectos de planificación claves para el futuro de la infraestructura. Entre ellos, está decidir por qué parte de la CAV saldrá el corredor navarro antes de poner rumbo a Europa, si es que algún día se hace.

Históricamente ha habido dos posibilidades encima de la mesa: que el tren conectase Navarra y la CAV por Vitoria o por Ezkio (Gipuzkoa). Durante el último Gobierno de Rajoy, siendo ministro de Fomento Íñigo de la Serna, se hicieron avances en este sentido. En enero de 2018, De la Serna presentó en Pamplona -concretamente en la Delegación del Gobierno, en su intento por despreciar al Gobierno de Navarra, con el que rompió relaciones en materia de TAV por presiones partidistas de UPN- un estudio que situaba la salida por Vitoria como la mejor opción, por ser más barata (es el Estado quien paga la infraestructura) y más fácil de construir.

Sin embargo, esto no convencía del todo a Navarra y la CAV, preocupados por si el nudo de Bergara (en el gráfico, la intersección entre los tres ramales de Vitoria, San Sebastían y Bilbao) no se colapsaría en determinados escenarios de demanda de transporte por tren. Por eso desde ambos territorios se dio a entender si la de Ezkio, que es una alternativa que evitaría el nudo de Bergara, no sería a la larga más interesante. Tiene un problema, y no es menor: cuesta más del doble que la salida de Vitoria, entre otras cosas porque la obra precisaría de un túnel de 21 kilómetros que habría que perforar en uno de los bordes de la sierra de Aralar. Ante esta situación, Navarra propuso en marzo de 2018 que se estudiase la posibilidad de una tercera alternativa: un trazado como el ideado para la salida de Vitoria hasta Bakaiku, y de ahí un atajo hacia Ezkio. En su día, Ayerdi defendió esta opción porque ya se había valorado anteriormente, cumplía los requisitos de ejecución y acortaría el túnel. Pero no se concretó nada ni con el Ministerio ni con la CAV antes de que la moción de censura contra Rajoy en junio de 2018 cambiase de color la Moncloa. Entre una cosa y otra (un Gobierno del PP que sale por uno del PSOE que entra), lo cierto es que la conexión de Navarra con la Y vasca sigue en el aire.

con el tiempo en contra Y así va a seguir salvo sorpresa. Ayer, tras sesión de Gobierno, el vicepresidente económico y titular de Obras Públicas, Manu Ayerdi, admitió que “no hay reunión” pese a que hace pocas semanas el actual ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunciase en una visita a la CAV que la convocatoria se haría “en unas semanas”. “Hoy no tenemos noticia de una fecha”, apuntó Ayerdi, quien además no se atrevió a “vaticinar si en este escenario de elecciones generales por parte del Ministerio de Fomento se va a mover ficha”.

Nunca se sabe, y lo mismo mañana Ábalos anuncia un encuentro a tres bandas y se soluciona el embrollo. Pero lo cierto es que ya queda poco tiempo. La convocatoria de elecciones para el 28 de abril fuerza a disolver las Cortes Generales el 5 de marzo, en menos de dos semanas, fecha en la que el Gobierno del Estado entraría en funciones. A dos meses de las elecciones, cuesta pensar que Sánchez vaya a dedicarse a cerrar decisiones tan trascendentales como esta, por lo que todo apunta a que será el futuro Gobierno que salga de las urnas en abril (y que no se constituirá, lo más seguro, hasta verano) quien tenga que tomar la decisión.