Bilbao - Si tuviera que hablar a bote pronto de Xabier Arzalluz.

-Era un gigante de la política y un político a la antigua usanza, ahora pocos de estos. De esos políticos de talla grande. Y como estuvo muchos años, tuvo tiempo de todo: acertar y equivocarse.

¿Acertó más que se equivocó o viceversa?

-Fue un hombre de una gran importancia, con una visión muy grande de las cosas, visión larga en el tiempo y muy profunda. Representaba al pensamiento del nacionalismo vasco por un lado realista y por otro lado soñador. En cualquier caso, siempre ha representado muy bien ese juego en el cual se mueve el PNV en el pueblo vasco. La historia de Xabier recoge muy bien cuando podía sacar las uñas para defender a su pueblo, pero teniendo en cuenta no sacar las uñas más de lo debido por ser un pueblo pequeño. Ha sido un hombre clave en muchos momentos.

¿Por ejemplo?

-En la Transición. Fue clave su juego de bisagra. En otros momentos, se hizo mucho más soberanista, más fuerte.

Levantaba pasiones.

-Ha sido muy admirado, muy amado e igualmente odiado. Colocando las cosas en su punto es un hombre de primerísima importancia, de gran peso político. A lo largo de su vida ha jugado el juego que las circunstancias le han puesto delante. Tengo un recuerdo de él extraordinario. Le he entrevistado varias veces y también he comido con él.

¿Y cómo le veía fuera del campo de la batalla política o de la entrevista? ¿Cómo era en la sobremesa?

-Era muy largo, muy intenso. Era de Azkotia como mi aita. Era irónico, profundo, cínico, con media sonrisa, un poco cabroncete, más listo que su abuela y también un poco pirata; era extremadamente inteligente, zorro y esa sonrisa que tenía? Tenía un humor socarrón, era duro de pelar y también divertido. Recuerdo algunas conversaciones y siento de verdad todo lo que te estoy diciendo.

¿De qué hablaban?

-De muchas cosas. Recuerdo que un día estábamos comiendo y le pregunté: “¿Con un 50,1% de votos se puede sacar adelante la independencia?” Y muy rápido me contestó: “Democráticamente sí, ¿por qué tendrían que salirse con la suya los del 49,9%?”. Pero me dijo más: “Para llevar a un pueblo adelante en una aventura histórica hay que tener mucho peso y más apoyo detrás”. Quizá el momento más fuerte fue cuando se produjo la escisión con la salida de Carlos Garaikoetxea y la formación de Eusko Alkartasuna.

Desde la Transición hemos visto desfilar a muchos políticos y a muchos se les ha olvidado. ¿Pasará Arzalluz a la historia?

-Por supuesto. Dentro del PNV no hay ninguna duda, tampoco en Euskadi y en el Estado también ha hecho historia. Era un hombre de altura, un político muy inteligente, con carisma? No tengo ninguna duda, de que Xabier Arzalluz está en la historia.