pamplona - Tras cuarenta años de actividad política -comenzó como concejal socialista en la localidad madrileña de Majadahonda en 1979- y una dilatada carrera en la que ha sido ministro y presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, cabeza de lista del PSOE de cara a las elecciones europeas del próximo 26 de mayo, ha protagonizado una de las secuencias más surrealistas de esta precampaña electoral. Entrevistado en el programa Zona de conflicto de la cadena alemana Deutsche Welle, Borrell perdió los papeles indignado con las preguntas que sobre Catalunya le hizo el periodista Tim Sebastian, al que acusó en varias ocasiones de hacer preguntas “sesgadas”. Fue tal el calentón que Borrell detuvo la grabación, realizada en la sede del Ministerio de Exteriores, y retomó la entrevista diez minutos después tras ser aconsejado por sus asesores.

La entrevista empezó cordial, pero el gesto de Borrell se torció cuando Sebastian empezó a hacerle preguntas que le incomodaban. La primera hacía referencia a una “abuela de 63 años que ha sido obligada al confinamiento solitario durante 15 horas diarias sin haber sido condenada a nada”, en alusión a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. “Perdona, ¿por qué dice que no está condenada de nada? Comienzo a pensar que no sabe nada de esto”, recriminó Borrell.

Tras un tira y afloja entre el periodista y el ministro, Borrell dio marcha atrás y reconoció que Forcadell -que está siendo juzgada en el Supremo junto a otros dirigentes del procés- está acusada, pero no condenada. A partir de ese momento, la incomodidad de quien encabezará la lista socialista al Parlamento Europeo comenzó a hacerse más patente y lanzó la primera amenaza de parar el programa. Criticaba que Sebastian le estaba interrogando en lugar de entrevistarlo: “Usted no es un policía. No soy el sujeto de ningún tipo de investigación de su parte. Haga las preguntas correctas y deje que yo hable, sino paro”.

El conductor del programa optó entonces por cambiar de tema y preguntó a un alterado Borrell por qué no se debatía en España una reforma constitucional que permitiera la autodeterminación, a lo que el ministro respondió diciendo que los catalanes no han ido al Congreso con una propuesta como hicieron los vascos en el pasado, en alusión a la intervención del lehendakari Ibarretxe ante la Cámara baja.

Plantón La tensión siguió en aumento y el periodista insistió en saber por qué el Gobierno del PSOE, que se ha mostrado muchas veces dispuesto a reformar la Constitución, no ha iniciado esos pasos para la reforma de la Carta Magna. “¿Quién lo pide?”, espetó Borrell, a lo que Sebastian respondió que lo pide un 70 por ciento de españoles, según los sondeos del CIS. Fue en ese momento cuando Borrell pidió parar la grabación y acusó al periodista de estar “mintiendo continuamente”. “No quiero seguir haciendo esto”, señaló. Según responsables del programa de televisión, el ministro volvió a la entrevista después de hablar unos minutos con sus asesores.

Tras el parón y la posterior vuelta del ministro a la silla de entrevistado, el tono siguió siendo muy tenso. Borrell no respondió a por qué el Gobierno de Sánchez no ha reformado la Ley de Seguridad Ciudadana pese a las preocupaciones del Consejo de Europa y señaló que esta institución está satisfecha en líneas generales con el funcionamiento de la Justicia en España, obviando las reprimendas del Tribunal de Estrasburgo ante las actuaciones de los jueces españoles.

Otro episodio de gran tensión llegó cuando se tocó el tema de Gibraltar, momento en el que Borrell dijo al periodista que “o es un mentiroso o está mal informado”. Sebastian le preguntó por el incidente del pasado 18 de febrero, cuando Gibraltar protestó porque un buque español ordenó moverse a dos mercantes. El periodista habló de “aguas de Gibraltar” y Borrell respondió que España considera que el Peñón no tiene aguas propias, porque no se cedieron a Reino Unido en el Tratado de Utrecht.

Al final, y tras otros 15 minutos de entrevista, Borrell se despidió afirmando que, la próxima vez, apreciaría que se le hiciera preguntas “menos sesgadas”. “No estoy aquí para hacerle las preguntas que usted quiere señor ministro”, le replicó el veterano periodista Tim Sebastian.

Ayer, Borrell quitó hierro a su reacción y aseguró haber tenido bastante paciencia. “Yo creo que es no para tanto, ¿no? Creo que bastante paciencia tuve”, explicó en unas breves declaraciones al llegar a la Cancillería ecuatoriana en Quito para participar en un encuentro internacional sobre Venezuela.

Calvo y batet, en apoyo a borrell

Mentiras. La vicepresidenta Carmen Calvo defendió ayer la postura de Borrell porque no se puede consentir que se den “por buenas” las “mentiras constantes con las que el independentismo se pasea por el mundo”. Calvo incidió en TVE en que el Gobierno no puede “dar por buenos hechos o supuestas verdades que no lo son”, como que en España existan presos políticos o que alguien está en una celda de aislamiento por unas determinadas ideas. “Eso no es verdad y, como no es verdad, hay que dejarlo claro contundentemente”, recalcó la vicepresidenta, que resaltó que Borrell se puede permitir “perfectamente” este tipo de reacción, porque “conoce muy bien lo que ocurre en Catalunya y lo sufre también como catalán”. Por su parte, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet también justificó la acción del Borrell y señaló que no se podía “consentir” que en esa entrevista se estuviera poniendo en duda el sistema constitucional y democrático español y la separación de poderes. Además, destacó el “trabajo ingente” de Borrell para recuperar la imagen de España en el exterior.