pamplona - El exalcalde de Barcelona Xavier Trias defendió ayer la actuación de los responsables de la concentración del 20-S ante la conselleria de Economía, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. “La actitud de estos dirigentes -de la ANC y Òmnium- es siempre de exceso en insistir en que la gente no haga ninguna tontería. Siempre están lanzando estos mensajes”, apuntó el histórico dirigente de Convergència, quien insistió en que él si pudo llegar a la puerta de la conselleria, versión que contrapone la ofrecida por el jefe de los antidisturbios de los Mossos que previamente había declarado que ante la multitud de la gente era imposible llegar hasta la puerta. Allí Trias se enteró de que había unos coches de la Guardia Civil con armas dentro y había preocupación por lo que pudiera pasar con ellas. Así, recordó lo que dijo en aquel entonces: “Esto es una barbaridad. ¡Cómo se puede dejar un coche con armas dentro! Al que lo haya hecho le va a caer un paquete que se va a quedar solo”. La gente estaba “preocupada”.

El exalcalde lanzó críticas a las “difamaciones” que desde los medios se realizan contra ciertos personajes, como le sucedió a él. “Y como yo veía que era un error fui a dar mi apoyo total porque una cosa es que te investiguen y otra...”. Pero no pudo acabar porque Manuel Marchena le cortó a media exposición con absoluta indiferencia. “¿Hay alguna otra pregunta, señor Homs?”, dijo el juez.

Además, de Trías, compareció ayer el mando de los antidisturbios de Mossos el 20 de septiembre de 2017, quien relató que el exlíder de la ANC Jordi Sànchez le “exigió” de manera “altiva y prepotente” que retirase a sus agentes de las inmediaciones de la Conselleria de Economía y le avisó de que llamaría “al presidente y al conseller”. “Trapero está loco, ha perdido la chaveta. Saca a la Brimo (los antidisturbios) de aquí”. Esto fue lo que le dijo Sànchez ese día en la primera comunicación que mantuvieron, según recordó. El testigo de la defensa del exconseller Joaquim Forn defendió la actuación de la Policía autonómica aquel día, pero al mismo tiempo criticó “la altanería” de Sànchez, que “dio por hecho” que le podía pedir que retirase a sus agentes: “Me dijo que iba a llamar al presidente y al conseller y que me iba a largar”. Él, recalcó, tras ver que hablaba por teléfono y una vez le dejó claro que podía “llamar al papa de Roma”, cortó relaciones con Sànchez hasta que después su actitud cambió “de la noche al día” y le ofreció “colaboración” para “calmar los ánimos” de los congregados mientras los agentes intentaban llegar. - D.N.