Ciudadanos va a por todas para desbancar al PP en las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo, que al estar tan pegadas a las generales de abril son como una segunda vuelta para la formación naranja, que busca también gobernar allí donde haya una mínima oportunidad.

El partido de Albert Rivera parte de un palmarés que incluye 109 diputados autonómicos y representación en todas las comunidades salvo en Navarra, Canarias y Castilla-La Mancha (tampoco tienen en la CAV y Galicia, que celebran elecciones en 2020).

Además, tras los comicios de 2015, fueron decisivos para que el PP pudiera gobernar en Madrid, Murcia, La Rioja y Castilla y León.

A escala local, cuentan con 750 grupos municipales y 1.527 concejales, y controlan 72 ayuntamientos -la mayoría de pequeño tamaño- entre ellos Mijas (Málaga) y los madrileños Villanueva del Pardillo, Arroyomolinos y El Molar.

Una situación que puede cambiar el 26-M porque si se extrapolan los datos de las elecciones generales, tienen opciones de tener la llave del cambio en ciudades como Madrid, Málaga, Zaragoza, Huelva, Cádiz, Cartagena, Murcia o Ávila.

Si en 2015, sus primeras elecciones municipales, presentaron 970 candidaturas, ahora concurren con más del doble, en total 2.148, según datos facilitados por Ciudadanos.

En el terreno autonómico, donde están en juego los gobiernos de doce comunidades (todas salvo Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, la CAV y Galicia), Ciudadanos está seguro de que puede tomar la delantera al PP en Madrid y Aragón y, por tanto, asumir allí las riendas del Ejecutivo.

En Madrid aventajaron a los populares en más de dos puntos y en Aragón en casi dos, con lo que la suma de ambos podría permitirles gobernar.

Creen también que tienen muchas cartas a su favor en Castilla y León, una comunidad en la que Cs vivió su primera gran crisis interna a causa del fichaje fallido de la expopular Silvia Clemente como candidata a la Presidencia de la Junta y la polémica generada después por las irregularidades en el recuento de votos de las primarias, que finalmente ganó Francisco Igea.

En este territorio, Cs ha pasado de tener solo un escaño a ocho, mientras que el PP, que tenía 18 se ha quedado en diez, con lo que están convencidos de tener asegurada la segunda posición y muchas opciones para apartar al PP del gobierno después de más de 30 años.

Posibilidades de obtener mayoría tienen igualmente en Navarra, con la coalición que forman con el PP y UPN, como ya hicieron en las generales, en las que fueron la opción más votada con el 29,32% de los votos (2 escaños).

Si vetaran al PSOE para posibles pactos, una decisión que la Ejecutiva no ha tomado, el partido de Rivera puede ser llave en La Rioja, Murcia y Extremadura haciendo frente común con el PP.

Pero hay otra geometría posible con los socialistas en Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde los candidatos del PSOE comparten una visión similar a la de Cs en relación a la crisis de Cataluña y eso posibilitaría un acercamiento postelectoral entre ambas formaciones.

Mantienen, en principio, que su prioridad a la hora de pactar es hacerlo con el PP y aseguran que solo se plantearían posibles acuerdos con “disidentes” del socialismo que renieguen de la estrategia de Cataluña, de las subidas de impuestos o del acercamiento a Podemos.

Si bien es arriesgado hacer previsiones para la cita de mayo en base a los resultados obtenidos en las legislativas, Ciudadanos afronta estas elecciones con el subidón de haber conseguido 4.136.600 votos, casi un millón más que en 2016, y de quedarse a solo 219.423 papeletas de alcanzar al PP.

Menos aventurado es hacer pronósticos sobre las elecciones europeas teniendo en cuenta que se vota en circunscripción única y de acuerdo con las proyecciones, Ciudadanos, con Luis Garicano al frente de la candidatura, obtendría entre 10 y 12 eurodiputados de los 54 que le corresponde elegir a España -en las anteriores de 2014 consiguió 2 escaños y el 3,16% de los sufragios-.