pamplona - La interminable fuga de Joseba Urrutikoetxea, más conocido como Josu Ternera, terminó ayer en la localidad francesa de Sallanches. 17 años después de cruzar la muga -se encontraba en paradero desconocido desde noviembre de 2002- fue detenido en una operación conjunta de la Guardia Civil y la Gendarmería gala cuando se dirigía al hospital donde recibía tratamiento para el cáncer que padece desde hace años. El antiguo dirigente de ETA, que ya se encuentra en prisión, debe cumplir ahora una pena de ocho años en Francia, aunque España ha anunciado que solicitará su extradición.

Urrutikoetxea, obligado en numerosas ocasiones a cambiar de residencia en los últimos años debido a la presión policial, vivía ahora bajo una identidad falsa en la localidad de Saint Gervais les Bains, en los Alpes franceses y muy cerca de las fronteras con Suiza e Italia. Según detallaron fuentes policiales, fue un colaborador del exjefe de ETA el que les volvió a poner sobre la pista de su paradero, tras una operación fallida en 2013 en la que Ternera logró escapar el cerco policial. Además, las fuerzas de seguridad estaban seguras de que recibía tratamiento debido a su delicado estado de salud.

Así, a primera hora de ayer, el exmiembro de ETA fue interceptado en una operación conjunta mientras caminaba por un aparcamiento de la localidad de Sallanches acompañado por un hombre -que quedó en libertad tras tomársele declaración-, y ya por la tarde fue puesto a disposición judicial y enviado a prisión. En un primer momento, Joseba Urrutikoetxea ingresó bajo custodia policial en el hospital al que se dirigía, para ser más tarde trasladado a la comisaría municipal y, finalmente, ante el juez en Bonneville, en el departamento de Alta Saboya, población en cuyo centro penitenciario ingresó.

La operación en la que participaron guardias civiles y gendarmes ha recibido el nombre de Infancia robada, en referencia al atentado de la casa cuartel de Zaragoza con el que se vincula a Ternera y en el que murieron seis menores de edad, y ha supuesto la culminación de un seguimiento policial al exetarra que ha estado repleto de intentos frustrados de detención. El último conocido fue hace seis años, cuando se percató del dispositivo de seguimiento y se le volvió a perder la pista.

De esta forma, cae el último etarra de la vieja guardia que permanecía en clandestinidad, y que fue además uno de los lectores del manifiesto que anunció la disolución de la organización armada. Ahora, Urrutikoetxea (Ugao, 1950), y con una extensísima trayectoria vinculada a ETA, se enfrenta a varias penas y requerimientos judiciales en los estados francés y español.

En primer lugar, debe cumplir en el país galo los ocho años de la pena que recibió en 2017 por pertenecer al aparato político de ETA. Urrutikoetxea, que fue condenado en rebeldía al estar en paradero desconocido, puede pedir que el proceso judicial se repita o bien puede aceptar la sentencia. Mientras se encuentre preso en Francia, la Audiencia Nacional puede solicitar su entrega a España, donde tiene pendientes numerosas causas.

Este extremo ya lo confirmaron ayer tanto la Fiscalía de la Audiencia, que ya estudia los delitos por los que solicitará la extradición, como el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En ese sentido, el ministro explicó que Josu Ternera podría ser juzgado en España pese a tener otras causas en Francia, mediante una “entrega transitoria”.

cuatro causas en españa Respecto a dichas causas pendientes en el Estado español, se trata de cuatro acciones de ETA con las que se vincula a Urrutikoetxea. Entre ellas, figura la acusación por haber ordenado el atentado en 1987 contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en el que murieron once personas, seis de ellas menores. El exmiembro de la banda fue procesado en 2002 por estos hechos, momento en el que se dio a la fuga.

Además de este sumario, a Josu Ternera se le reclamará también por el asesinato del directivo de la empresa Michelin Luis María Hergueta en 1980. Finalmente, también tiene pendiente la causa por crímenes de lesa humanidad en relación a los atentados de ETA a partir de 2004, y el caso de la financiación de la organización a través de las herriko tabernas.

17

Josu Ternera ha vivido en la clandestinidad los últimos 17 años, desde que en 2002 cruzara la muga para evitar comparecer en la Audiencia por el atentado de la casa cuartel de Zaragoza.

2013

Las fuerzas de seguridad le han tenido en el radar varias veces y han intentado su detención sin éxito hasta ayer. La última vez que se esfumó fue en 2013 al percatarse del dispositivo de seguimiento.

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Urrutikoetxea tiene cuatro causas pendientes en la Audiencia Nacional, además de una condena de ocho años en Francia.