pamplona - Hace cuatro años, la creación de empleo, y sobre todo de calidad, fue señalada como una de las prioridades del nuevo Gobierno foral. Casi 48 meses después, Navarra se sitúa a las puertas de superar los niveles de afiliación a la Seguridad Social previos a la crisis: en este tiempo ha creado 32.300 puestos de trabajo (13% de aumento), ha reducido el desempleo en casi 14.000 personas y ha reducido la tasa de paro hasta quedar por debajo del 8,2% por primera vez desde el año 2008. Es la comunidad con la tasa más reducida, muy por delante de la CAV (9,6%) y Aragón (10,5%).

Ha sido, en términos de empleo, la mejor legislatura desde la vivida en 2003-2007, en pleno boom inmobiliario, un crecimiento apoyado entonces en un endeudamiento salvaje y una demanda hinchada, que terminó por explotar. Hoy, Navarra crea empleo a un ritmo del 3% sin necesidad de cebar a un sector constructor que recupera el aliento con un crecimiento más saludable: la industria, la educación, la hostelería y la sanidad se han convertido en los pilares del nuevo empleo creado en Navarra en estos años. Un empleo más precario que el de hace una década y que solo en la última parte de la legislatura ha emitido señales positivas en cuanto a su estabilidad: entre abril de 2017 y abril de 2019 se han creado unos 8.200 empleos a tiempo completo indefinidos. Siguen siendo alrededor de 10.000 menos de los que había antes de una crisis que lo cambió todo, también la regulación laboral e incluso la definición de lo que podría considerarse como pleno empleo: si entonces este se situaba en un 4-5% de desempleado, hoy, con el doble de tasa de paro, algunos sectores se encuentran con verdaderas dificultades para encontrar trabajadores cualificados.

Es el caso de la hostelería, “donde resulta casi imposible encontrar buenos profesionales y en el caso de los cocineros ya resulta casi imposible”, explica Nacho Calvo, de la asociación de hostelería, pero también de perfiles específicos en la construcción y en la industria. Este último sector ha generado unos 7.600 empleos manufactueros en los últimos cuatro años y es el verdadero motor del crecimiento del empleo en Navarra. En ninguna otra comunidad tiene este sector tanto peso en la economía y solo en La Rioja influye de la misma manera en el empleo.

Con 16.500 ocupados, la construcción apenas da empleo a un 60% del volumen de ocupados de hace una década, pero también muestra un perfil expansivo, con 1.700 nuevos salariados en cuatro años, la mayor parte contratados en los dos últimos ejercicios. Como quiera que buena parte de quienes perdieron su puesto durante la crisis han encontrado refugio en otros sectores o han cambiado de lugar de residencia, el sector se encuentra en los últimos meses con alguna dificultad para contratar. Vinculados en parte a esta actividad, crecen también con fuerza los servicios técnicos de ingeniería y arquitectura, con 300 nuevos empleos en el último año y casi un millar desde que el sector inmobiliario tocó suelo entre 2013 y 2014.

Al igual que la construcción, especialmente intensiva en mano de obra es la hostelería, otra actividad que no se encuentra condicionada por la automatización. Solo en el 2018, los restaurantes y puestos de comidas crearon cerca de 450 empleos y el sector en su conjunto, incluidos los hoteles, ha añadido más 1.800 cotizantes al Régimen General de la Seguridad Social en los últimos cuatro años. El mayor gasto de los navarros y, sobre todo, la pujanza del sector turístico, que crece de manera ininterrumpida desde hace más de cinco años, han dado aire a una actividad que se ha ido adaptando a los nuevos horarios y costumbres.

Los nuevas fuentes de empleo Porque todo cambia, también la estructura laboral de una sociedad en continuo movimiento, que envejece, por lo que requiere cada vez en mayor medida de personas que atiendan a los mayores y de personal cualificado en el ámbito sanitario, y que necesita asimismo de una formación continua, lo que genera necesidades en el ámbito educativo. Desde 2010, más de 4.300 personas han comenzado a trabajar en este último sector (1.800 en los últimos cuatro años y son ya casi 18.000) , mientras que la salud y la asistencia han generado más de 2.700 nuevos empleos durante los últimos cuatro años.

El deporte, cada vez más vinculado a un estilo de vida saludable, se ha convertido en otro de los pequeños motores de creación de empleo, con medio millar de empleos nuevos en estos cuatro años. Y de la mano de gigantes como Amazon, que preocupan y con razón al comercio, que pese a todo ha creado en torno a 700 puestos de trabajo en los últimos cinco años, aumenta en más de 35% la ocupación en las actividades reparto, con unas 300 personas más trabajando.

más empleo público Suele darse por sentado que, al margen de la contratación pública, las únicas herramientas de los gobiernos para crear empleo son la inversión pública o, de forma mucho más indirecta, la política fiscal: menores impuestos se traducen en mayor renta disponible para las familias y por tanto en mayor consumo y mayor actividad económica. Una ecuación teórica que, en la realidad, ni mucho menos se cumple siempre.

En este caso, el Gobierno foral ha apostado por elevar el empleo público (de 25.000 a 28.000 en cuatro años, un aumento del 12% ), pero no ha rebajado impuestos, sino todo lo contrario. En el momento de incrementarlos, distintas voces alertaron de que esto supondría una desaceleración en la creación de empleo que, a la luz de los datos, nunca se produjo. En mayo de 2015, Navarra creaba empleo a un ritmo del 2,6% interanual, por debajo de la media española, que entonces rondaba el 3,4;. Cuatro más tarde, el empleo crece en Navarra a un ritmo del 3,24% anual, cuando la media española se queda en el 2,95%.