Pamplona - Navarra y el Estado acordaron el 27 de diciembre de 2017 la actualización del Convenio Económico para el quinquenio 2015-2019. Un acuerdo de calado que rebajaba en algo más de cien millones anuales la aportación de la Comunidad Foral, y que ha supuesto un ahorro de 637 en el conjunto de los cinco años.

Aquella firma ponía punto final a una larga y difícil negociación que se cerró con dos años de retraso. Durante ese tiempo la Hacienda Foral tuvo que abonar al Estado cantidades muy superiores a lo estimado por los propios técnicos del departamento, lo que generó problemas de financiación en un momento en el que la economía empezaba a mejorar y el Gobierno pretendía revertir los recortes. De hecho, tras el acuerdo el Estado tuvo que devolver a Navarra 215 millones que había recibido de más los dos años anteriores. Una cifra menor para el Estado, pero que para Navarra supone el equivalente al 5,5% de su presupuesto.

Una larga negociación El acuerdo en la práctica daba la razón a las tesis del consejero de Hacienda y Política Financiera, Mikel Aranburu, que prácticamente desde que tomó posesión había advertido de que Navarra estaba pagando muy por encima de lo que le correspondía por capacidad económica y solidaridad interregional.

Un argumento que se vio reforzado por un estudio de la Hacienda Foral, que tras analizar una por una todas las partidas del Estado a las que debe contribuir Navarra había llegado a la conclusión de que la aportación estaba siendo entre 100 y 250 millones de más. Con estos datos sobre la mesa, el consejero optó a finales de 2016 por pagar 83 millones menos de los que le reclamaba el Gobierno central, lo que generó un cruce de declaraciones entre ambas administraciones y también entre los partidos. Incluida la oposición en Navarra, que acusó al Gobierno foral de desleal y de no pagar por tener problemas financieros. El acuerdo final sin embargo acabó dando la razón a la Hacienda foral.

La negociación también ha servido para corregir algunos aspectos de la relación bilateral entre gobiernos. Aunque los términos afectan al quinquenio 2015-2019, Navarra ha conseguido que el Estado acepte negociar la aportación en función de cada partida concreta, y con datos más fiables que los que se venían aplicando hasta ahora. Es el caso del los ajustes fiscales por hidrocarburos, por lo que hasta 2017 a Navarra le salía a pagar, y ahorra recibe cerca de 50 millones.

El acuerdo además ha permitido que Navarra recupere su solvencia financiera, con lo que el Gobierno ha podido mejorar la inversión pública y reducir la deuda pública. Y ha supuesto además un argumento de peso para el Ejecutivo de Barkos, que además de disipar uno de los nubarrones más preocupantes que había heredado del Ejecutivo anterior, le ha permitido fijar unos cimientos más sólidos para el futuro de Navarra. Sobre esa base se deberá negociar el próximo quinquenio (2019-2024), así como algunos aspectos técnicos que ya quedan en manos del Gobierno que salga de las urnas.

UPN, PSN y PP, con el Estado

Reacciones. No fue fácil el acuerdo. El Ministerio, que tenía el saldo a favor, dilataba un acuerdo urgente para Navarra. Así que en diciembre de 2016 el Gobierno foral optó por tensar la cuerda y dejar de pagar lo que creía de más. La medida tensó la relación, pero aceleró las negociaciones. Un contexto en el que la oposición cerró filas con el Gobierno central. “El Gobierno no paga porque no tiene dinero”, (Chivite); “No seremos cómplices de los manejos del cuatripartito”, (Esparza); “El Gobierno incumple la ley”, (Beltrán). Durante un año UPN, PSN y PP criticaron la actitud del Gobierno foral, que sin embargo se mantuvo firme en su negociación hasta lograr un acuerdo que, en el fondo, le venía a dar la razón. El ministerio admitía que Navarra había pagado de más, y devolvería la diferencia. UPN celebró entonces un acuerdo que atribuyó a su etapa en el Gobierno foral.