sangúesa/Zangoza - Como cada año desde hace 16, familiares y políticos de todos los partidos, cuerpo de la Policía Nacional al que pertenecían, Guardia Civil y un grupo de vecinas y vecinos acudieron a la plaza de Santiago de Sangüesa en memoria de Julián Embid Luna y Bonifacio Martín Hernández, los dos policías nacionales asesinados por ETA en el lugar el 30 de mayo del 2003.

Convocados por el Ayuntamiento sangüesino rodearon en forma de U el monolito que les recuerda en el mismo sitio donde perdieron la vida en un acto de los más concurridos en el que una vez más se guardó un minuto de silencio, acompañado por el sonido del chelo introducido por unas breves palabras del alcalde, Ángel Navallas.

La Corporación municipal arropó a las viudas, Ana Ortigosa Fernández y Mari Carmen Pérez García, y a sus familiares en el sencillo homenaje que apenas duró 15 minutos, con amplio abanico político desde el Gobierno en funciones, representado por la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, el director general de Paz y Convivencia, Álvaro Baraibar, el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, el jefe de la Policía Nacional, Francisco López Canedo, la secretaria general del PSN, María Chivite, el presidente de UPN, Javier Esparza, alcaldes y alcaldesas de la comarca, representación de la Asociación Víctimas del Terrorismo y del PP, entre otros.

El acto se cerró con aplauso y ofrenda floral en el monolito en el que permanecían instaladas las flores del Ayuntamiento desde primera hora de la mañana. Después vendrían las del Gobierno foral y las de la Policía, y en el centro, las de sus mujeres siempre agradecidas a la ciudad que no les olvida y cuyo Ayuntamiento ha querido contar con ellas desde aquel fatídico día. “Nosotros lo hacemos según su voluntad. Este año ha sido más numeroso, pero hemos tenido años también en los que se ha hecho en la intimidad. Siempre según su deseo. Lo importante es recordar aquella brutalidad en el formato que sea”, expresaba el alcalde, Ángel Navallas.

Ana Ortigosa y Mari Carmen Pérez y a sus familias es a donde va dirigida la invitación para la cita de recuerdo que cada año, siendo el mismo, es diferente.

“El de hoy ha sido uno de los más concurridos, con nuevo jefe de Policía, música de fondo e himno y amplia asistencia política”, apuntaba el alcalde en el que fue el último acto de los ocho en el que ha participado en sus dos legislaturas.

Hasta las viudas de los dos policías se acercaron al final del acto vecinos, políticos y policías para manifestar su apoyo y reconocimiento reconfortante, motivo por el que cada año vuelven a la ciudad cada 30 de mayo.

Cuatro meses después del doble asesinato de los agentes, el 30 de septiembre de aquel mismo año 2003, el Ayuntamiento colocó el monolito de Cesáreo Soulé en el mismo lugar del atentado. El año pasado, se completó éste con la placa del Gobierno a instancias del Parlamento que recuerda la fecha del atentado y los nombres de los dos policías que acudían periódicamente a Sangüesa a realizar gestiones del DNI a los vecinos, cuando explotó la bomba lapa, que dejó además heridos de diversa consideración, entre ellos a un compañero de los fallecidos.

Julian Embid y Bonifacio Martín fueron las dos últimas víctimas mortales de ETA en Navarra.