PAMPONA. La dirección federal del PSOE se desmarca del intento de la líder de los socialistas navarros, María Chivite, de intentar formar un Gobierno progresista en Navarra con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida porque necesitaría al menos de la abstención de EH Bildu para superar la investidura.La información, adelantada por 'El Confidencial', supone un cambio respecto de la posición mantenida por la dirección del partido en los últimos días, cuando nadie censuró ni puso 'peros' a las intenciones avanzadas por Chivite.Lo que sí rechazaban de forma rotunda tanto en la Ejecutiva Federal del PSOE como el Partido Socialista de Navarra era entrar en ningún tipo de negociación con EH Bildu.

Chivite defendía la posibilidad de que Bildu se abstenga a cambio de nada, si bien la formación abertzale ya dejó claro este fin de semana que aspira a negociar como contrapartida el mantenimiento de la alcaldía de Pamplona.

El lunes pasado, el coordinador de las negociaciones poselectorales en el PSOE, José Luis Ábalos, evitó responder a la pregunta directa que se le hizo en rueda de prensa sobre si para Ferraz sería válida una investidura de Chivite en Navarra que saliera adelanta gracias a la abstención necesaria de Bildu.Alegó que para entonces el Partido Socialista de Navarra aún no había elevado a la dirección federal del PSOE una propuesta negociadora. No obstante, Ábalos señaló como un elemento a tener en cuenta que los pactos que los socialistas puedan alcanzar en determinados territorios puedan ser explicados en el resto del país.Desde finales de la semana pasada, el PP comenzó a exigir públicamente al PSOE "que no venda Navarra al independentismo".

Este mismo lunes, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que no regale Navarra a PNV y Bildu y ha recordado que en 2009 el PP apoyó a Patxi López como lehendakari "a cambio de nada".

La candidata socialista dio el primer paso hacia la presidencia del Gobierno de Navarra. Una llamada telefónica a los candidatos de Geroa Bai (Uxue Barkos), Podemos (Mikel Buil) e Izquierda-Ezkerra (Marisa de Simón) sirvió para iniciar los contactos preliminares que deben dar paso a la formación del futuro Ejecutivo foral. La líder del PSN se reunirá con ellos, respectivamente, el miércoles, jueves y viernes de esta semana.

“Vamos a iniciar un diálogo desde la voluntad de llegar a un acuerdo sobre propuestas que permitan el impulso y desarrollo de la comunidad y atender las principales preocupaciones de la ciudadanía, como el empleo, los servicios públicos y la igualdad”, avanzó el PSN. Una propuesta que ha encontrado la mano tendida de Geroa Bai, Podemos e I-E, que ayer mostraron su disposición al diálogo y la voluntad de facilitar un gobierno progresista en Navarra. Será el principio de un camino largo y lleno de presiones, internas y externas, en el que no resulta nada fácil aventurar un final. La primera dificultad será la propia negociación. El PSN apuntó ayer a la búsqueda de “un acuerdo sobre propuestas”, pero habrá que trabajar mucho para encontrar puntos de encuentro con tres partidos que quieren por mantener las medidas probadas los últimos cuatro años, muchas veces con la oposición socialista. Sobre todo en aquellas que implican el reconocimiento de la pluralidad de la Comunidad Foral.

Sobre la mesa estará igualmente la propia composición de Gobierno, que los socialistas se inclinan por gestionar en solitario, mientras Geroa Bai apunta ya a una fórmula de coalición que, además de dotar de mayor visibilidad institucional a la coalición de Uxue Barkos, evite también la tentación del PSN de buscar acuerdos parlamentarios con Navarra Suma una vez lograda la investidura.

Es en cualquier caso la parte más fácil de una ecuación que necesita de EH Bildu para llegar a la mayoría absoluta. Chivite sin embargo ha excluido a la formación soberanista de las conversaciones. Así lo habían anunciado en campaña, y así lo ratifico ayer el propio secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. “El PSN no negociará con Bildu”, apuntó.

La línea roja marcada por la dirección del PSOE es nítida y gruesa, y va más allá del veto a la negociación. De momento, ni siquiera habrá diálogo con EH Bildu. Los socialistas han avanzado además que no facilitarán ninguna alcaldía de la formación soberanista, que podría perder localidades significativas como Pamplona, Barañáin, Tafalla o Estella, que serían para la derecha si el PSN se abstiene en la constitución de los ayuntamientos.

Una actitud que unida al júbilo con el que la candidata socialista en Pamplona, Maite Esporrín, cantó ‘Agur Asirón’ la noche electoral ha molestado a EH Bildu, que ya ha anunciado que no va a regalar sus votos para que Chivite sea presidenta del Gobierno. “Ya veremos. Vamos poco a poco”, apuntó ayer Chivite, que confía que en, en última instancia, EH Bildu o Navarra Suma darán al menos una abstención.