pamplona - El conseller de Interior, Miquel Buch, ha cesado al comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Miquel Esquius, tan solo once meses después de su nombramiento y tras una época de fuerte erosión de la credibilidad de la policía catalana, que se ha visto inmersa en múltiples causas judiciales en relación por su actuación el 1 de octubre. En su lugar, el conseller ha situado al comisario Eduard Sallent, que hasta ahora ejercía de jefe de la comisaría general de Información. Buch ha justificado el cambio para finalizar “una época puente”, una etapa de transición que situara el cuerpo policial hacia “la normalidad”. Sallent, de 47 años y licenciado en Filosofía, ha protagonizado un doble salto mortal en un mismo día al pasar de ser intendente a convertirse en comisario y al momento en comisario jefe, el escalafón más alto del cuerpo.

El relevo coincide con el archivo de algunas causas judiciales que cuestionaban el papel de los Mossos durante el referéndum del 1-O, pero con varias todavía vivas en los juzgados. La más importante es la que acusa en la Audiencia Nacional al mayor Josep Lluís Trapero y a la cúpula de Interior de plegarse a los intereses de los independentistas y de no hacer nada para impedir la consulta. Pero la credibilidad de los Mossos también está en juego en el Tribunal Supremo donde la participación de la policía catalana es indispensable para condenar por rebelión a los líderes independentistas acusados.

guardia pretoriana Esquius llegó al cargo hace poco más de diez meses sustituyendo a Ferran López, quien fue el encargado de asumir la jefatura de los Mossos durante la aplicación del artículo 155 en Catalunya, cuando su antecesor, el major Trapero, fue cesado a finales de octubre de 2017 en virtud de este mismo artículo. El hasta ahora jefe de los Mossos ha defendido su actuación “desde la neutralidad política” en la carta de despedida que ha enviado a los agentes del cuerpo tras su relevo. En el escrito, revela que la semana pasada se le comunicó “por sorpresa” su destitución y argumenta que, durante su etapa de jefe de los Mossos, ha actuado “pensando en recuperar la normalidad institucional, con todos los estamentos, cuerpos y actores sociales, desde la neutralidad política y con la voluntad final de servicio a toda la ciudadanía”.

El relevo en la cúpula de los Mossos coincide en el tiempo con la puesta en marcha de la llamada guardia pretoriana del president, Quim Torra, que empezará a andar el próximo 17 de junio. El nuevo servicio de escolta de los Mossos d’Esquadra está integrado en la también nueva Área de Seguridad Institucional (ASI) que la Conselleria de Interior mandó crear a primeros de año. Este cuerpo levantó polémica desde que se empezó a hablar de él puesto que funcionarán fuera de la estructura organizativa de Mossos, eso quiere decir que recibirán órdenes directas de un político, pero seguirán siendo policías, con las obligaciones que eso conlleva. El ASI ha provocando polémica dentro y fuera de los Mossos y se ha criticado lo inoportuno del momento y las formas, al no contar con los mandos. - D.N.