Bruselas - Era la crónica de una dimisión anunciada. Theresa May ponía hace unos días fin a su tortuosa travesía de tres años por el 10 de Downing Street con la tormenta del Brexit todavía sin capear. La primera ministra británica se convertía así en la segunda premier en caer por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) dejando un legado blanco y tormentoso.

Londres dio ayer el pistoletazo de salida para la sucesión de May. Diez candidatos, ocho hombres y dos mujeres, hicieron oficiales sus propuestas por hacerse con las riendas del Partido Conservador y del Ejecutivo británico. Boris Johnson, exalcalde de Londres; Jeremy Hunt, secretario de Exteriores; Michael Gove, secretario de Medio Ambiente; Dominic Raab, exministro del Brexit; Sajid Javid, secretario de Interior; Matthew Hanock, líder de la cartera de Salud; Andrea Leadson, antigua portavoz del Gobierno en el Parlamento; Rory Stewart, líder de la cartera de Cooperación Internacional; y los diputados Mark Harper y Esther McVey.

En línea con el caos que vive el otro lado del canal de La Mancha a nivel político, la campaña ha estado emborronada con confesiones y acusaciones sobre consumo de drogas. El peor parado fue Gore tras haber admitido que tomó cocaína durante su tiempo de periodista.

El euroescéptico Boris Johnson es, según todas las encuestas, el que más puntos tiene para suceder a Theresa May. Pero si algo ha probado el proceso del brexit es que en el Reino Unido no puede anticiparse ningún desenlace.

Johnson, que pasó una larga temporada en Bruselas como corresponsal de un tabloide británico, es visto en la capital como una especie de mini-Trump. De hecho, el presidente estadounidense le ha halagado como amigo y advertido de que no debería pagar la factura de salida de la UE acordada en unos 40.000 millones de euros.

El exalcalde de Londres ha tomado buena nota y ha apuntado este fin de semana que estaría dispuesto a confrontar con el bloque comunitario hasta el punto de no hacer frente a esta suma acordada por el equipo de May. En Bruselas saben que con Johnson al frente de Downing Street, la posibilidad de una salida caótica aumenta.

Sin embargo, existe hastío en la parte comunitaria por el circo en el que se ha convertido el brexit en el Reino Unido, inmerso en un bloqueo absoluto en el Parlamento británico, que ha tumbado en tres ocasiones el Acuerdo de Salida pactado entre May y sus homólogos comunitarios.

Jeremy Hunt y Michael Gove son las otras apuestas fuertes para tomar las riendas en Londres. El primero se presenta como una alternativa al brexit sin acuerdo de Johnson y mantiene buenas relaciones con Angela Merkel. Es la opción moderada y su principal carta es una renegociación con Bruselas para evitar una salida sin acuerdo. No pocas encuestas pronostican que el duelo final será entre él y Boris Johnson.

De cerca le pisa los talones Gove, que ya pujó para liderar el Gobierno británico en 2015. El secretario de Medio Ambiente ha hecho campaña, empañada por varios escándalos, con todas las opciones en la mesa: no cierra la puerta a un no-acuerdo ni a una extensión de la salida de la isla para evitar este escenario. Por su parte, Raab, el cuarto en las quinielas, se presenta como una alternativa más fresca pero en línea con los postulados de Johnson y juega con su experiencia negociando con Bruselas durante su breve periodo de negociador del brexit la nueva Comisión Europea.

Próximos pasos. La siguiente fase pasa por una ronda de votaciones en la que los aspirantes irán cayendo. Se irán eliminado los que cuenten con menos de 17 apoyos, después con 33 y así sucesivamente hasta que queden los dos finalistas en torno al 22 de junio. Será entonces cuando en julio los 160.000 miembros del Partido Conservador designarán al nuevo primer ministro británico. Hasta la fecha, May seguirá al mando del Ejecutivo en funciones.

En Bruselas. El Ejecutivo comunitario insiste en que se encuentra de ‘brexit break’ y remarca que una nueva prórroga implicaría la intromisión británica en la nueva Comisión Europea.