madrid - El director de El Español, Pedro J. Ramírez, relacionó ayer el borrado de los ordenadores de Luis Bárcenas con la operación Kitchen, como el jueves hizo el afectado, y aseguró que él también se sintió víctima de esa trama porque era espiado cada vez que se reunía con el entorno del extesorero.

Pedro J. declaró como testigo en el juicio por el borrado de los ordenadores de Bárcenas citado por las acusaciones populares, interesadas en detalles de la “conversación” que mantuvo con el extesorero ante de que éste entrara en prisión en 2013, cuando aún era director de El Mundo.

En esa conversación, que publicó el diario, Bárcenas le dijo que había información sobre la supuesta contabilidad B del PP en los ordenadores que habían quedado en el partido y datos de interés en sus agendas y en el registro de entradas y salidas de la calle Génova.

Para el ahora director de El Español, hay “un itinerario coherente” entre la destrucción de los ordenadores, la desaparición de la agenda de la secretaria de Bárcenas, la falta de registro de entrada en Génova y la operación Kitchen, presuntamente diseñada por Interior en 2013 para sustraerle documentos con la ayuda del excomisario José Manuel Villarejo y que está siendo investigada en la Audiencia Nacional.

En su día llamó al director del CNI para preguntarle por los seguimientos a los que creía que estaba siendo sometido y su respuesta fue: “Nosotros no somos”. Según Pedro J., los puntos suspensivos que siguieron han adquirido sentido cuando han ido emergiendo todos los detalles de la operación Kitchen.

“No tengo ninguna duda de que con la publicación de ese artículo se pone en marcha la operación para mi destitución como director de periódico que había fundando 24 años antes”, subrayó el periodista.

“línea roja” Pedro J. declaró, además, que “gente del Gobierno” de Mariano Rajoy le advirtió que el extesorero había “traspasado la línea roja” al reunirse en 2013 con él y darle detalles sobre la presunta caja b de los populares, que después fue publicada

Según señaló, aunque era consciente de que esa noticia no le “iba a crear una situación cómoda”, “no tenía más remedio” que publicar el “modus operandi” que Bárcenas le había contado porque, en su opinión, era algo “relevante y veraz”. De hecho, recordó que él sugirió al extesorero que acudiese a la Justicia, cuando éste le insinuó que no debía publicar esta información que “haría caer al Gobierno”. El periodista afirmó que le manifestó que “un sistema democrático tiene que basarse en la verdad”.

Si bien, Ramírez reconoció que al no ponerse ningún tipo de “restricción” en esa conversación, se sintió “libre” para publicar todo lo que le había contado y más cuando unos días antes el extesorero había ingresado en prisión provisional y no se iba a producir un “segundo encuentro”. Apuntó que acudió a esa reunión con “escepticismo” porque pensaba que Bárcenas iría con la “estrategia de decir sin decir, de insinuar sin contar”.

No obstante, todo los detalles que le ofreció, como el modo en el que el extesorero fallecido del PP Álvaro Lapuerta anotaba los nombres de los donantes del partido, coincidían con lo que su redacción ya iba “persiguiendo” desde hacía un tiempo, cuyas fuentes habían sido “altos dirigentes” de la formación política.

Por su parte, la secretaria de Bárcenas durante 20 años, Estrella Domínguez, reiteró que cuando él se fue del partido tiró las agendas en las que había apuntado reuniones, comidas y actos del extesorero, pero aseguró que nadie le dio indicaciones para hacerlo. Domínguez, que trabajó para el partido durante 42 años, declaró ayer como testigo en el juicio por el borrado de los ordenadores. - Efe/E.P.

el borrado, una práctica habitual

Testigos del PP. Los testigos citados por el PP y los tres empleados acusados por la destrucción de los ordenadores de Luis Bárcenas afirmaron ayer que el borrado era una práctica habitual y que no se forzó la cerradura de la sala que ocupaba el extesorero en la sede de Génova, porque había llave. Las acusaciones populares aseguran no saber nada de un protocolo de borrado seguro de ordenadores. Ahora el juez debe determinar si los acusados cometieron delitos de daños informáticos y encubrimiento al borrar discos duros en los que Bárcenas sostiene que había información sobre la caja B del partido y que, según los populares, estaban vacíos.