pamplona - La relación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias llegó ayer a su punto más tenso a tres semanas del debate de investidura. El líder de Unidas Podemos utilizó su última bala para tratar de formar un gobierno de coalición y lo hizo público a través de una publicación en La Vanguardia, donde admite que revisará su exigencia de ministerios y renunciará a su demanda de cogobernar si el 23 de julio el resultado no es positivo.

“Si se verifica la hipótesis del PSOE y la investidura no sale adelante” tras presentar ese acuerdo, “nosotros nos comprometemos a revisar nuestra posición. Si por el contrario la investidura saliera adelante, se cumpliría el deseo declarado tanto por el PSOE como por Unidas Podemos: un gobierno de coalición progresista y plural, que superara de una vez la situación de bloqueo en la que estamos”, recalcó en su columna titulada Queremos que sea en julio.

No hizo falta mucho tiempo para recibir una negativa por parte del socialista. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, respondió a la carta abierta que la investidura “no pasa por táctica” ni puede ir de “retos ni estrategias”, y exigió que Unidas Podemos explique cuáles son sus “objetivos de políticas” y “qué respuestas piensan” que se pueden dar a los problemas del país. A pesar de la insistencia de Iglesias por llegar a un acuerdo con los socialistas, Pedro Sánchez cerró de nuevo la puerta para ir al primer debate de investidura con un pacto de coalición pero mantiene la fórmula de la cooperación como vía para el entendimiento con Podemos.

El secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, dejó claro al líder de Unidas Podemos que solo habrá un mometo de investidura. En la misma línea se pronunciaba el secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, que exigió a Iglesias que aceptase la propuesta socialista y aseguró que “los españoles no pueden esperar ni a experimentos ni a aplazamientos ni a segundas vueltas”.

negativa y enfado Pero Podemos se mantiene en la misma posición. El secretario general del PCE, Enrique Santiago, pidió al Gobierno en funciones que “se deje de amenazas” y empiece a actuar con un talante “mínimamente democrático”, es decir, que se siente a hablar sobre la investidura. “Lo mínimo es hablar y no pedir cheques en blanco. Es sorprendente la negativa a hablar no ya de sillones, sino de medidas de gobierno. Eso no lo entiende nadie”, dijo Enrique Santiago.

La portavoz de Podemos, Noelia Vera, tildó de “raro” y “poco serio” presentarse a la sesión de investidura en el Congreso “sin haber dialogado” y “sin tener consensos”. Asimismo, incidió en que Podemos ha puesto encima de la mesa de Sánchez una propuesta de la que esperan respuesta.

Por su parte el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, acusó al PSOE de querer gobernar “gratis” sin negociar una investidura y de “chantajear” al resto de formaciones políticas para que lo apoyen a cambio de no convocar unas nuevas elecciones. “Ese tipo de política socava la democracia”, aseveró mostrándose “muy decepcionado” con la respuesta de Sánchez a la propuesta de Iglesias.

Un choque de trenes que deja en entredicho las negociaciones que Sánchez aseguró tendría durante estas tres semanas hasta la investidura. - D.N.