París. Amnistía Internacional (AI) denunció este martes "la represión injustificable" durante la cumbre del G7 en Biarritz, por impedimentos contra actos de protesta pacíficos y restricciones a las libertades de reunión y circulación.

"Desde que comenzó esta cumbre del G7 en Biarritz estaba claro que las autoridades francesas tenían planeado restringir las libertades de reunión y circulación con la presencia anunciada de más de 13.000 policías para controlar la zona", destacó en un comunicado Marco Perolini, investigador de AI sobre Francia.

Para Perolini, "es una triste ironía que las autoridades francesas decidieran que debían reprimir el derecho de la sociedad civil a manifestarse pacíficamente durante estos tres días cuando muchos puntos de la agenda del G7, como la crisis climática y la igualdad de género, están ahí precisamente gracias a la presión ejercida por esa misma sociedad civil".

La ONG, aunque reconoció que durante la cumbre hubo "muy pocos episodios violentos", denunció que un centenar de personas fueron arrestadas del 23 al 25 de agosto y unas 70 quedaron en detención preventiva.

Entre ellas había tres observadoras de la Liga de los Derechos Humanos de Francia que, según AI, fueron arrestadas el sábado porque llevaban "materiales de protección". Inicialmente quedaron bajo custodia en comisaría, pero fueron liberadas el domingo.

Los principales incidentes tuvieron lugar, precisamente, el sábado por la tarde en Bayona, a pocos kilómetros del lugar de la cumbre, donde varios cientos de personas se manifestaron en una marcha no declarada y desvinculada de los organizadores de la "contracumbre".

Según la prefectura, las fuerzas del orden replicaron con gases lacrimógenos y cañones de agua a los proyectiles que les lanzaron algunos de esos manifestantes. Hubo 68 detenidos.

Allí había personal observador de AI que, según esta asociación, fue interceptado y registrado seis veces en dos horas en virtud de un decreto de la prefectura que establecía un perímetro de seguridad en el centro de la ciudad donde los agentes podían dar el alto y controlar a cualquier persona.

Al día siguiente, medio centenar de personas que intentaban manifestarse en Bidart, a ocho kilómetros de Biarritz, quedaron atrapados en un cordón policial durante más de dos horas. Entre ellos había también dos observadores de AI.

Las dos plataformas responsables de la "contracumbre" habían organizado el sábado a mediodía una marcha entre Hendaya e Irún, en la que participaron entre 9.000 y 15.000 personas, según las fuentes, y que se desarrolló sin incidentes.