pamplona - Pedro Sánchez acompañó ayer la presentación de su extenso programa de Gobierno con un anzuelo para Unidas Podemos: les ofrece su entrada en la Administración dirigiendo instituciones y órganos del Estado fuera del Consejo de Ministros para que puedan vigilar así el cumplimiento de un posible pacto programático. Con esta maniobra, el líder socialista brinda a la formación morada una salida alternativa al Ejecutivo de coalición y se cubre las espaldas en caso de que la rechace. Así, si finalmente hay nuevos comicios, Sánchez podrá responsabilizar a Podemos de haber rechazado todas sus ofertas y haber precipitado el escenario electoral.

El presidente en funciones propone a Pablo Iglesias que nombre a personas de su partido para ocupar direcciones generales o presidir empresas públicas, “desde el ámbito político al energético”, con el objetivo de que los morados participen en la “gobernanza” del país, siempre fuera de las carteras ministeriales. Asimismo, ofrece a Unidas Podemos una “triple” garantía de que si llegan a un pacto este se cumplirá en su totalidad mediante una comisión en el Congreso, otra en el Senado y un nuevo organismo que implique a la sociedad civil en el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

Iglesias, por su parte, no dio una respuesta clara al documento y a la propuesta de ocupar altos cargos y se limitó a decir que la melodía de la oferta le suena bien pero que no se fía del PSOE. De esta forma, el secretario general de Podemos reconoció que hay aspectos que le convencen de la oferta socialista y prometió estudiar a fondo el texto y los términos para un acuerdo aunque también demandó a Sánchez que “reflexione” si de verdad quiere evitar la repetición electoral.

Así, en la formación morada ya estudian el documento socialista con 370 medidas propuestas y adelantaron que, cuando reciban la llamada de los socialistas para una primera reunión, acudirán sin más dilación, siempre para hablar de un Ejecutivo bicolor. Respecto a este encuentro, Pedro Sánchez ya adelantó ayer que ha dado orden a su equipo de negociación para que se produzca mañana mismo.

Sin embargo, el principal escollo para la negociación sigue donde estaba: la entrada o no de los morados en el Consejo de Ministros. Por el momento, ni el PSOE ni Podemos han mostrado la más mínima señal de ceder en sus pretensiones para lograr un acuerdo. Iglesias, aunque se prestó a estudiar la oferta socialista, se reafirmó también en que su partido no aceptará ser vetado para entrar en un Gobierno porque eso supone obviar a 3,7 millones de votantes e impedir un Ejecutivo estable. “Que te presentes a unas elecciones y que el secretario general del PSOE te vete es humillante. Pero no voy a permitir que se humille a los votantes de Unidas Podemos”, dijo Iglesias, recordando que él ya cedió y renunció a ser ministro para intentar salvar la negociación de la investidura de julio.

En ese sentido, defendió que él ya ha mostrado su capacidad de ceder, pero cree que el objetivo de Pedro Sánchez es “acumular todo el poder”, obviando así el mandato de las elecciones generales del pasado mes de abril. “Las urnas dijeron que toca acuerdo y reparto de responsabilidades. Espero que reflexione y no lleve a los ciudadanos a votar”, expresó Iglesias, que en cualquier caso se mostró pesimista al afirmar que Sánchez “da muestras de que quiere ir a elecciones”.

El líder socialista, por su parte, terminó de cerrar la puerta en su comparecencia de ayer a cualquier acuerdo que incluya la cesión de ministerios a Unidas Podemos. Cree que ni merece la pena internarlo, ya que sería un Gobierno que no actuaría “con eficacia” y generaría inestabilidad a un Estado español amenazado por el brexit y por la desaceleración económica. “Serían dos gobiernos en uno, un Ejecutivo compartimentado y dividido en un momento crítico”, argumentó.

El presidente en funciones volvió a señalar a Unidas Podemos cuál es a su juicio el único camino para evitar una repetición de las elecciones: que los morados brinden desde la oposición apoyo parlamentario, un sostén que, según Sánchez, podría ir “desde la investidura” a la totalidad de la legislatura. “No compartimos tanto como para gobernar juntos pero sí lo suficiente para no darnos la espalda”, dijo el líder socialista respecto a su relación con Podemos, a quienes ve como “aliados leales” desde fuera, nunca desde dentro de un Gobierno, tal y como ocurrió tras la moción de censura del pasado año, cuando los de Iglesias se convirtieron en el único sostén parlamentario del Ejecutivo en minoría.