pamplona - La investidura sigue bloqueada. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hablaron por última vez el 23 de julio en el mismo lugar que ayer, el salón de plenos del Congreso, donde, además de exhibir reproches como ese día de la investidura fallida, esta vez constataron que el parón estival, si a algo ha acercado es a los españoles a las elecciones.

Buena prueba de ese escenario es la decisión del rey de convocar este jueves en el Palacio de la Zarzuela a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para decidir sobre una nueva ronda de consultas con los grupos parlamentarios que ponga ya sí, negro sobre blanco, si hay alguna posibilidad para la investidura.

Con los ánimos de la delegación morada tocados por el fracaso de la nueva mesa negociadora de esta semana, su líder llegó al Congreso armado de un tono tranquilo y suave para acompañar el último cartucho que lanzó a Sánchez.

Iglesias, que sigue sin renunciar a la coalición, vino a pedir al presidente en funciones una oportunidad más para evitar las elecciones, que se resume en que el diálogo lo afronten ambos cara a cara y sobre la base de lo que dejaron sobre la mesa antes de la última votación de la investidura fallida.

El secretario general de Unidas Podemos emplazó expresamente al presidente del Gobierno en funciones a sentarse ellos dos cara a cara y asumir personalmente la negociación e intentar llegar a un pacto in extremis. “Sentémonos a negociar”, ha dicho Iglesias. “Le vuelvo a tender la mano”. Sánchez desdeñó la invitación, recordando que tanto el PSOE como Unidas Podemos han nombrado ya a sus equipos negociadores. “Si tiene algo nuevo que plantear, más allá del Gobierno de coalición, convoque a la mesa de negociación”, instó el líder socialista.

“Luego he pensado muchas veces... Si hubiera ido yo desde el principio, ¿esto hubiera salido mejor? No lo sé”, dijo Iglesias en una entrevista esta semana cuando le preguntaron de qué se arrepentía.

Si aquel 23 de julio diseccionaron ante las cámaras los trapos sucios de su primer intento de acuerdo, de nuevo ayer demostraron que no necesitan reservados porque, de enjundia, poco hay sobre qué conversar.

“¿Sabe cuántas veces me ha llamado por teléfono desde la investidura fallida? Cero. Un mensaje felicitándome por mi paternidad, y se lo agradezco... ¿Pero usted cree que es serio que desde la investidura fallida no hayamos hablado por teléfono ni una sola vez?”, reveló Iglesias. Que se quejó: “Tendré que llamarle yo”.

Los reproches se dispararon en medio de una comparecencia en la que, por cierto, el presidente en funciones estaba llamado a explicar el resultado de los últimos Consejos Europeos. La piedra contra la que chocan ambos es la misma: estar o no estar en el Consejo de Ministros.

En ningún caso Sánchez aceptará discutir un Gobierno de coalición: solo un programa para cuatro años. “Yo no quiero elecciones”, subrayó el líder socialista en su réplica. “Después de cuatro elecciones en un mes que ganó el PSOE -generales, municipales, autonómicas y europeas- nosotros somos los últimos a los que les interesan las elecciones. Lo vamos a intentar hasta el final”, añadió.

Pero Sánchez le reiteró a Iglesias que hay “muchas” más fórmulas de entenderse además de la coalición y le pidió, en concreto, que sopese la oferta programática del PSOE y acabe permitiendo su investidura. Y le recordó además al líder de la coalición morada que en julio desdeñó la oferta de coalición porque consideraba que los ministerios que le ofrecían eran “floreros” o no tenían competencias.

Porque Iglesias, sin aclarar si está arrepentido o no de haber dejado pasar la coalición entonces, pidió que la conversación entre ambos se retome en el punto en que quedó, cuando él mismo dijo que aceptaría la vicepresidencia y los tres ministerios del PSOE si le daban las políticas activas de empleo. Para Sánchez, esa oferta es agua pasada. Y los socialistas avisan a la coalición morada de que no esperen sorpresas de último minuto.

“La pregunta que habrá que hacerle es si va a volver a impedir el que haya un gobierno del PSOE al frente del país y si va a llevar al país a elecciones”, le dijo Sánchez a Iglesias, que dice tener el resto de las abstenciones necesarias para que su investidura salga adelante.

Podemos no quiere volver a las urnas, asegura que quiere ceder y la cuestión ahora es, de ser así, hasta dónde. Pablo Iglesias espera la llamada del presidente en funciones, pero si no se produce será él quien llame a su puerta. - D.N.

rivera ignora al constitucional

Artículo 155. Pese a que el Constitucional ha dictaminado que el 155 no se puede aplicar de manera indefinida y debe ser “algo absolutamente excepcional y temporal”, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha enviado una carta a Pedro Sánchez, para solicitarle formalmente una reunión en la que abordar la aplicación inmediata del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Rivera ha urgido a Sánchez a que active el procedimiento para aplicar el 155 en Cataluña con el primer paso de requerir al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que acate la Constitución y la decisiones de la Justicia: “Es su obligación como presidente”.