Pamplona - La nueva legislatura ha dado un nuevo rol a Uxue Barkos. La expresidenta ejerce ya como líder de Geroa Bai en el Parlamento y principal apoyo del Gobierno de María Chivite, en el que su formación participa con la convicción de que la etapa que se inicia ahora puede suponer “un punto de inflexión” en la historia reciente de Navarra. Un nuevo rol que Barkos asume con la humildad de quien admite que necesita “reinventarse”. Pero también con la liberación de quien, tras cuatro años de dedicación absoluta a su responsabilidad al frente del Ejecutivo, empieza a recuperar una vida privada aparcada para liderar el cambio institucional más importante que ha vivido Navarra los últimos 40 años. Y al que ahora Barkos pretender dar continuidad desde el apoyo parlamentario a un Gobierno que defiende con claridad y sin complejos, pero consciente de que el diálogo y el acuerdo van a ser esenciales para garantizar una estabilidad que considera imprescindible. “Es el gran reto de la legislatura”, admite Uxue Barkos con el mismo verbo ágil de siempre.

¿Le ha costado mucho adaptarse a la nueva situación?

-No mucho, la verdad. Ahora tengo menos responsabilidad directa en la gestión, y eso supone que tu vida privada, y la de tu familia, ya no está continuamente condicionada a un cargo en el que no hay horarios y que resulta muy exigente.

Parece que se ha quitado un peso de encima.

-No sé si es esa la expresión, porque el de estos cuatro años ha sido un trabajo intenso y apasionante que me ha encantado. Un trabajo que he compartido con un equipo de consejeros y consejeras magnifico, y cuyos resultados se van a valorar cada vez más con el paso del tiempo. Pero sí es verdad que en lo personal ha habido cierta liberación. Creo que es humanamente comprensible. Lo que no quiere decir que no me sienta concernida por este Gobierno, aunque desde el lugar en el que me han puesto los ciudadanos.

La misma noche electoral asumió que el liderazgo ya no era suyo, que los ciudadanos le habían otorgado ese papel al PSN, aunque aritméticamente había otras opciones. ¿Tan claro lo vio?

-Bueno, a veces es lógico dejarse engañar en esos momentos, porque después de cuatro años de trabajo intenso las urnas son un veredicto que puede no ser el que esperas. Pero si somos, responsables la lectura de los datos de la noche electoral debe ser rigurosa. Y el 26 de mayo había una oportunidad de seguir trabajando por un Navarra plural y progresista, y la tenía que liderar María Chivite. Lo tuve claro desde el primer momento, como tuve claro que yo no iba a formar parte de ese Gobierno.

¿Por qué no?

-Por respeto al cargo. No es algo natural que una expresidenta pase a consejera o vicepresidenta, y tampoco creo que hubiera sido bueno para el propio Gobierno. Una tiene que saber cuándo es su momento, y no es mi momento de Gobierno.

¿Y lo será en el futuro?

-En política es mejor no hacer previsiones a largo plazo porque no sabemos qué nos vamos a encontrar. Así que no descarto nada. Pero sí tengo claro que mi futuro político está en Navarra, y que mi papel en esta legislatura es estar al frente del grupo parlamentario de Geroa Bai. Algo que asumo con muchas ganas.

Las elecciones de mayo dejaron a Geroa Bai con 9 escaños, los mismos que en 2015 ¿Esperaba más?

-Creo sinceramente que el resultado de Geroa Bai fue bueno, y que supone un reconocimiento al trabajo bien hecho. Hemos crecido un 12% y hemos tenido 8.000 votos más. No es algo menor. Tampoco el del conjunto del cuatripartito fue malo. Tuvo un resultado muy similar al de 2015 salvo en el caso de Podemos, curiosamente el único partido que no quiso entrar en el Gobierno. Pero hubo otros factores que influyeron mucho en el resultado final.

¿Sin el adelanto de las elecciones generales el Gobierno sería otro?

-Seguramente el equilibrio de fuerzas hubiera sido diferente, porque la argucia de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generó una ola que benefició mucho al PSOE en todas las comunidades a costa de Podemos. La acumulación de fuerzas de la derecha, que acabará siendo un grillete parlamentario para UPN, o la mayor participación de la derecha, que en 2015 no se había movilizado, también jugaron en nuestra contra.

¿Qué papel le toca a partir de ahora a Geroa Bai?

-El de trabajar desde el Gobierno y desde el Parlamento por el desarrollo de Navarra y de su pluralidad. Con la voluntad de sostener al Gobierno allí donde las diferencias lógicas entre partidos nos permitan hacerlo, y dando continuidad al cambio iniciado en 2015. Y desde luego, el de consolidar un proyecto político que ha dado mucho a Navarra en muy poco tiempo, y que le puede dar mucho todavía en el futuro. Y para mi eso es apasionante.

¿El modelo de coalición de Geroa Bai sigue siendo válido?

-Es un modelo basado en la colaboración entre diferentes que ha funcionado bien. Lo que no implica que no sea necesaria una reflexión, tanto desde el punto de vista organizativo como de nuestra realidad electoral. Somos una organización joven, y quizá hemos volcado nuestros esfuerzos en la gestión del Gobierno, y no tanto en nuestro desarrollo territorial.

¿El desarrollo territorial de Geroa Bai pasa por matizar el discurso? La formación mantiene una connotación identitaria que frena su implantación en el sur de Navarra.

-Geroa Bai es una formación plural y abierta, también en lo identitario, así que no debe matizar su discurso. Pero sí es verdad que en Navarra ha habido un adoctrinamiento malsano de la población por parte de la derecha, y en ocasiones también del PSN, por un cálculo electoral. Y ese soniquete mediatizado supone una barrera cada vez menos franca, pero todavía eficaz. Porque no hay Gobierno que haya invertido de manera más eficaz en la Ribera que el Gobierno que yo presidí.

¿Corre el riego Geroa Bai de diluirse entre el PSN y EH Bildu?

-Seguramente nuestro papel es el más complejo de todos. Formamos parte de un Gobierno en el que el protagonismo se lo lleva el PSN, y a EH Bildu le queda un espacio de acción parlamentaria que le puede dar mucho juego si sabe interpretarlo bien. A Geroa Bai le compete dar toda la estabilidad posible al Gobierno. Y, a partir de ahí, buscaremos ser propositivos en el Parlamento, y lo más efectivos posible. Sería un error empezar con cálculos partidistas.

¿Está satisfecha con la presencia que tienen en el Gobierno?

-Sí. Geroa Bai dirige cuatro departamentos que tienen enorme importancia en el diseño del desarrollo de la Navarra del futuro. Tal vez desde el prisma de la vieja política cuatro consejerías de 13 puedan parecer pocas, pero para nosotros no es una cuestión cuantitativa, sino cualitativa. Estamos donde creemos que podemos aportar y donde tenemos ambición de aportar. El papel de Geroa Bai en el Gobierno va a ser muy importante.

¿Esta justificada la dimensión del nuevo Gobierno? Pasar de 9 a 13 departamentos parece excesivo.

-Cuestiontar la dimensión de un Gobierno como ariete parlamentario es una sandez. La estructura debe ser aquella que la presidenta crea oportuna para llevar adelante su programa, siempre desde la eficacia. Claro, si lo que se busca es la polémica, se puede recordar que este Gobierno es mucho más austero que el de UPN, que tenía 12 consejerías y cobraba de media un 25% más.

¿Usted hubiera hecho lo mismo?

-Quizá no de la misma forma y en los mismos términos, pero yo también hubiera ampliado el Gobierno. La legislatura pasada hicimos un esfuerzo enorme manteniendo una estructura austera hasta ordenar las cuentas. Pero las cuentas ya están ordenadas, y se puede ser más ambicioso.

¿Qué queda del cambio de 2015?

-Mucho, y lo iremos viendo a lo largo de la legislatura. Tenemos las cuentas saneadas, un diálogo abierto con toda la sociedad, sin exclusiones. Se han consolidado políticas sociales mucho más ambiciosas, y se mantiene la apuesta por los servicios públicos. Ahí está la UPNA por ejemplo, que acaba de estrenar el grado de Medicina con mucho éxito. Pero, sobre todo, se mantiene la apuesta por la convivencia entre diferentes, y el reconocimiento de la pluralidad. Escuchar a la mayoría del pleno decir que la pluralidad es un motivo de orgullo y no un elemento de confrontación, como cree UPN, es un logro irreversible.

¿Este es un Gobierno continuista?

-No. Este es un Gobierno dirigido por el PSN, y veremos improntas diferentes. Cuestiones que a nosotros nos gustarán más o menos, y que deberemos ser capaces de consensuar para superar las diferencias. Pero escuchar a la presidenta Chivite decir que apuesta por dar continuidad a determinadas iniciativas del Gobierno anterior, aunque puedan ser mejorables, me resulta muy satisfactorio.

¿Qué tal es la relación con el PSN?

-Hasta ahora muy positiva, tanto en el Gobierno como en el Parlamento.

¿Hay confianza?

-La confianza la da el tiempo. Hay una historia detrás que nos exige ir con pies de plomo, porque los intereses del PSOE siempre se han acabado poniendo por encima de los del PSN y los de Navarra. Pero sí puedo decir que por nuestra parte la confianza cada vez es mayor. Espero que sea algo mutuo.

¿La relación personal con María Chivite es buena?

-Yo creo que sí. Al menos esa es mi vocación, y tengo la sensación de que por parte de la presidenta también.

¿Cómo ve al nuevo Gobierno?

-Veo normalidad. El traspaso de poderes está siendo ordenado, y salvo alguna cuestión de funcionamiento lógica en estos principios, no ha habido desencuentros. La presidenta se ha mostrado solvente en su primera sesión de control, dentro del papel que le toca. Y es buena señal.

¿Agotarán la legislatura?

-Yo y Geroa Bai vamos a trabajar para que así sea, desde el cumplimiento del acuerdo programático y buscando el consenso con el resto de grupos. La estabilidad es importante y vamos a hacer todo lo posible para que la haya. Si al final la legislatura no se completa no será por Geroa Bai.

¿Le preocupa que una pinza entre EH Bildu y Navarra Suma pueda bloquear el Gobierno?

-EH Bildu tendrá que ver si le interesa jugar ese papel, que solo traería inestabilidad y que además les acabaría desgastando. Porque una pinza de esas características solo lleva a políticas de extremo. La pinza entre IU y el PP acabó con Aznar en el Gobierno.

El problema es que están en minoría, y ni Navarra Suma ni EH Bildu están por facilitarles las cosas.

-Es el gran reto de la legislatura, sin duda. Para que un Gobierno pueda trabajar la estabilidad es esencial, y eso requiere acuerdos y búsqueda de mayorías. Lo dije la pasada legislatura y lo digo ahora.

¿La estabilidad la dan los presupuestos?

-Desde luego es algo fundamental, y seguramente será el objetivo central de este primer curso político, aunque puedan ir con retraso, algo lógico en el primer año de mandato.

¿Y con quién los piensan aprobar?

-Lógicamente, serán unos presupuestos dirigidos a cumplir con el acuerdo programático y con dos ejes fundamentales: trabajar por una sociedad progresista y reconocer la pluralidad. Así que lo más lógico sería el acuerdo con EH Bildu, con quien tuvimos un trabajo satisfactorio la legislatura pasada.

¿Qué pasa si no se aprueban los presupuestos?

-Que habrá que trabajar con presupuestos prorrogados. Y que habrá que seguir trabajando para aprobarlos. Porque, y esta es una opinión personal, no se puede estar cuatro años con presupuestos prorrogados.

¿Descarta acuerdos con Na+?

-Si se aviniera a esas dos premisas, perfecto, pero los veo lejos. Veo lejos incluso la posibilidad de llegar a acuerdos en materias en las que sí podríamos coincidir. Es muy difícil, por no decir imposible, defender el autogobierno o el Convenio Económico de la mano de PP y de Ciudadanos. Navarra Suma ha podido ser una operación positiva desde el punto de vista electoral, pero no hace sino cerrarle aún más las puertas a UPN.

¿Si rompe con PP y Ciudadanos sería más fácil pactar con UPN?

-UPN tiene todavía mucho recorrido por hacer. Javier Esparza ha desaprovechado cuatro años para normalizar las relaciones en el Parlamento con una parte de la sociedad navarra. No se puede seguir dividiendo a los navarros entre buenos y malos por un mero interés electoral. Eso es irresponsable. Y ya veremos cómo deshace ese camino, porque cada vez se va a quedar más aislado.

¿Por qué tiene tanto interés Geroa Bai en el senador autonómico?

-Porque creemos que la representación en las Cortes Generales debe ser reflejo de la mayoría plural y progresista que hay en Navarra, y que actualmente no se da ni en el Congreso ni en el Senado. Y la presencia de Geroa Bai garantiza que esa otra Navarra, la que habla euskera, la que siente su símbolos de otra manera, también esté representada.

¿Y por qué Koldo Martínez?

-Posiblemente había también otras personas válidas, pero Koldo es alguien que representa con absoluta convicción ese espíritu de pluralidad que defiende Geroa Bai. Es además un portavoz refutado y tiene un perfil muy brillante.

¿Con qué apoyos cuentan?

-Tenemos el apoyo del PSN, y el compromiso de Podemos de que, llegado el caso, trabajarán por lograr un senador progresista.

Ni EH Bildu ni I-E les apoyan.

-Entiendo que I-E haga una lectura favorable a sus intereses, aunque el acuerdo sea claro y vincule el senador autonómico a la elección de los senadores de Cambio-Aldaketa, que no se produjo. Me apena en cambio que EH Bildu no se encuentre con Geroa Bai en la convicción de que la pluralidad de Navarra debe estar representada en Madrid.

¿El IRPF de la maternidad va a suponer el primer escollo entre los socios de Gobierno?

-En esta tema realmente no tenemos una diferencia de fondo. A mi Gobierno le hubiera encantado pagar ese dinero. Pero no podíamos entonces, y no se puede ahora. Otra cosa es que un juzgado diga que por un principio de igualdad o de no discriminación hay que devolver lo tributado, pero con la ley en la mano no se puede.

¿Qué harán si el Gobierno presenta una ley de efecto retroactivo?

-Veremos qué argumenta y qué garantías jurídicas ofrece. Porque una ley tributaria de efectos retroactivos puede generar mucha inseguridad jurídica, cualquiera puede recurrir. Es la realidad. A veces es incómodo decir la verdad, pero mentir a los ciudadanos es irresponsable.

¿La política lingüística es el punto débil del nuevo Gobierno?

-No debe serlo. La responsabilidad de la política lingüística es de Geroa Bai, pero no llevaremos a cabo ninguna actuación sin consenso con el PSN.

Pero el PSN se opuso al actual decreto que regula el euskera en la Administración. ¿Qué van a hacer?

-De momento el decreto sigue en vigor, y vamos a ver cómo resuelven los tribunales ante los recursos planteados. Ahí tenemos un punto de encuentro con el PSN. Después, limaremos todo aquello que pueda generar alguna tensión y buscaremos el mayor consenso posible.

¿Si PSN y Geroa Bai encuentran un punto común en la cuestión identitaria, podemos estar ante una alianza estratégica para el futuro?

-No lo sé. Habrá que ver cómo lo valora la ciudadanía y qué mayorías quedan en cada momento. Pero más allá de eso, habremos dado a esta comunidad la oportunidad de empezar a superar determinadas confrontaciones interesadas entre territorios, entre ciudadanos o entre sentimientos identitarios. Por eso creo que la alianza del PSN con Geroa Bai puede ser un punto de inflexión en la historia reciente de Navarra.

¿Mayor que el Gobierno anterior?

-Este Gobierno no hubiera sido posible sin el cambio que se dio en 2015. La pasada legislatura me hubiera gustado contar también con el PSN. Siempre lo dije. No porque necesitáramos sus votos, porque teníamos mayoría, sino porque creo que así se expresaba mejor la realidad de la comunidad. Pero no fue posible, como tampoco lo fue en 2007.

En aquella ocasión fue el PSOE quien evitó esa vía.

-Sí, pero no lo hizo por razones políticas, sino por el chantaje y la presión de quienes durante 40 años han hecho de ese enfrentamiento y de esa negación de la pluralidad un rédito político. Por eso creo que este acuerdo es muy bueno para Navarra, porque nos abre horizontes de convivencia y de crecimiento socioeconómico desde una mirada a la Europa atlántica que nos habían negado quienes han tenido a Navarra encerrada en sus propios problemas.

Si nada lo impide vamos hacia nuevas elecciones en noviembre. ¿Puede eso condicionar la estabilidad del Gobierno de Navarra?

-No tiene por qué. Habrá diferencias, pero eso no debe afectar al trabajo del día a día. Al menos nosotros no vamos a buscar esa confrontación.

¿Qué le parece que vayamos a las cuartas elecciones generales en cuatro años?

-Una irresponsabilidad, porque nada nos asegura que las elecciones vayan a resolver el bloqueo. Y porque esta situación nos hace daño también en Navarra. Hace ya dos meses que se produjeron las inundaciones en la zona media, y seguimos sin tener una declaración de zona catastrófica. Es inadmisible seguir con un Gobierno en funciones.

¿Y qué salida ve?

-Desde luego unas elecciones no son la solución, porque nos van a llevar a otros seis meses en funciones. Sánchez se equivoca si cree que la respuesta emocional por la irrupción de Vox se puede estirar como un chicle. España necesita estabilidad, y tanto el PSOE como Unidas Podemos deben entender que negociar es ceder, y que a veces hay que perder para que gane el interés general. En Navarra tienen un ejemplo.

¿Dónde está el punto de encuentro en el PSOE y Podemos?

-La pregunta más bien sería dónde está el desencuentro. ¿En las cuotas? ¿En la desconfianza? ¿En el miedo? Los problemas no se arreglan llamando a las urnas a ver si nos dan más fuerzas para poder negociar. No podemos pedir a los ciudadanos que voten lo que no hemos sabido resolver. Es un desastre.

¿Si se repiten las elecciones qué hará Geroa Bai?

-Haremos una apuesta seria y solvente como hemos hecho siempre. De qué manera, no lo sé todavía. Venimos de negociar un Gobierno, que estemos otra vez pensando en elecciones me parece una tomadura de pelo.

“Tengo claro que mi futuro político está en Navarra, y que mi papel estos cuatro años está en el Parlamento”

“Estoy orgullosa del trabajo que hicimos en el Gobierno, y que se va a valorar cada vez más con el paso del tiempo”

“Del cambio de 2015 quedan muchas cosas, pero sobre todo una apuesta por la convivencia y la pluralidad”

“Geroa Bai va a tener una enorme importancia en el diseño del desarrollo de la Navarra del futuro”

“Hay una historia detrás que nos exige ir con pies de plomo, pero la confianza en el PSN cada vez es mayor”

“Este Gobierno puede ser un punto de inflexión para Navarra que no hubiera sido posible sin el cambio de 2015”

“Navarra Suma le cierra muchas puertas a UPN, que como partido cada vez se está quedando más aislado”

“EH Bildu tendrá que ver si le interesa hacer una pinza al Gobierno con la derecha que le va a acabar desgastando”

“La estabilidad del Gobierno es fundamental y Geroa Bai va a hacer todo lo posible para que la tenga”

“Sánchez se equivoca si cree que la respuesta emocional por la irrupción de Vox se puede estirar como un chicle”