pamplona - Políticamente, siempre existe el riesgo de ir a por lana y salir trasquilado. Es lo que le ocurrió ayer a Juan Luis Sánchez de Muniáin, parlamentario de Navarra Suma que registró una pregunta para afear al Gobierno el desembolso de 10.000 euros en un vídeo sobre el acuerdo programático y terminó viendo cómo el vicepresidente del Ejecutivo, Javier Remírez, le recordaba sus silencios “cuando miembros del Gobierno de UPN en el que usted estaba se embolsaban 5.000 euros al día por la mera asistencia a reuniones” o cuando el mismo Sánchez de Muniáin cobró “más de 137.000 € entre 2007 y 2011 por asistir a charlas”.

El origen de la pregunta está en un vídeo promocional que encargó la dirección general de Comunicación para promocionar el acuerdo programático y las 500 medidas que tiene intención de implantar el Gobierno de María Chivite. El Ejecutivo consideró que ante el desconocimiento de los pormenores del acuerdo lo mejor era hacer un vídeo que llegase fácil, y lo adjudicó por una cifra cercana a los 10.000 euros. Es un precio que, según el vicepresidente, está ajustado tanto al mercado como al presupuesto. Es lo que cuesta un vídeo de características semejantes, siempre que lo que se busque es la calidad, detalló. “Desde el primer momento se ha hecho público el coste, que se encuentra en las previsiones, y no se trata de un vídeo propagandístico sino divulgativo”, contestó a Sánchez de Muniáin, que había deslizado la idea en su pregunta.

Pero el parlamentario de Navarra Suma se reservaba una lección. “El uso partidario de un recurso público degrada a quien lo hace, en este caso al Gobierno, perjudica al servicio público y enturbia el papel de los empleados públicos que trabajan con profesionalidad en la institución”, dijo, desde la altura -física los días normales, ayer también metafórica- el último político en abandonar el consejo de administración de la Caja Navarra. “Bienvenida la sensibilidad por los recursos públicos, lástima que no la tuviese cuando miembros del Gobierno de UPN cobraban 5.000 euros diarios por la mera asistencia a reuniones, o cuando usted mismo se embolsó más de 137.000 € de 2007 a 2011 por asistir a charlas. Igual en ese momento no tenía la sensibilidad por los recursos públicos”, terminó.- A.I.R.