Cuando culmine la exhumación de Franco y sus restos sean trasladados a Mingorrubio, en el madrileño barrio de El Pardo, el dictador compartirá cementerio con destacados dirigentes de su régimen como sus dos últimos presidentes del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, asesinado por ETA en 1973, y Carlos Arias Navarro, encargado de anunciar la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.

En Mingorrubio, un cementerio de titularidad municipal de 19.472 metros cuadrados de superficie sobre terrenos de Patrimonio Nacional, existen más de 2.500 unidades de enterramiento, y destaca la concentración de personalidades vinculadas a la dictadura. Además de Carrero Blanco y Arias Navarro, allí están ministros del régimen como Demetrio Carceller, Pablo Martín Alonso, Nemesio Fernández Cuesta, Pedro Nieto Antúnez o el militar Félix Álvarez-Arenas Pacheco, que asumió la cartera del Ejército en el primer gobierno tras la muerte de Franco.

En este cementerio de El Pardo, un barrio castrense con cuarteles de la Guardia Real, la Guardia Civil o el Ministerio de Defensa, reposan también los restos de Carlos Iniesta Cano, que fue director general de la Guardia Civil, o el militar Francisco Franco Salgado-Araújo, primo del dictador. Este compartirá cementerio con otro tirano, Rafael Leónidas Trujillo, que ya se hacía llamar así cuando se hizo con el poder de República Dominicana en 1930. Trujillo, que dejó decenas de miles de muertos durante sus tres décadas en el poder del país caribeño, fue asesinado en una emboscada en 1961 y su cadáver cruzó el Atlántico. Sepultado un tiempo en el cementerio parisino de Père Lachaise, acabó en el panteón familiar de Mingorrubio junto a su hijo Ramfis, que murió en un accidente de tráfico en Madrid en 1969.

La lista de personalidades vinculadas al franquismo inhumadas en Mingorrubio se extiende a los ámbitos de la cultura y la empresa. Allí yacen por ejemplo Luis Gutiérrez Soto, uno de los grandes arquitectos españoles del siglo XX, que levantó edificios icónicos del régimen como el neoherreriano Ministerio del Aire de Madrid, o el promotor inmobiliario José Banús, que hizo fortuna con la construcción del Valle de los Caídos.

El exdirector de los servicios funerarios de Madrid, Gabino Abánades, destaca del pequeño camposanto de Mingorrubio su número de panteones, “casi tantos como La Almudena”. En el gran panteón con capilla de los Franco yace Carmen Polo, la esposa del dictador, en una sepultura frente a la que espera al hombre que tiranizó España desde 1939 hasta su muerte en 1975.

Construido en 1962 El camposanto de Mingorrubio está próximo a la colonia de viviendas del mismo nombre que la dictadura levantó para la guardia de Franco, que residía en el Palacio de El Pardo, a dos kilómetros de este enclave, rodeado de un bucólico paraje del monte de El Pardo.

El cementerio se construyó en 1962, como recuerda Gabino Abánades, el hombre que dirigió en 1975 el entierro de Francisco Franco en la basílica del Valle de los Caídos y que fue director de los servicios funerarios de Madrid. Se proyectó, según explica Abánades, para dar reposo a los difuntos de El Pardo, una población vinculada a la monarquía desde su fundación como quinta de caza del rey Enrique III de Castilla en 1405, y donde residen en la actualidad algo más de 3.000 personas. - E.P.

El Post-it

El hombre que cayó en la fosa. El Valle de los Caídos ha vivido anécdotas recogidas en la obra La verdadera historia del Valle de los Caídos, en la que se narra por ejemplo que, el 23 de noviembre de 1975, mientras la comitiva mortuoria de Franco se dirigía al Valle, un falangista que estaba mirando hacia arriba, cayó en la fosa.

Pinochet lo quiso copiar. Entre los personajes atraídos por el Valle figura el presidente estadounidense Richard Nixon, que acudió en 1970 con su familia. Augusto Pinochet acompañó a la comitiva fúnebre de Franco y quedó tan impresionado por el mausoleo que quiso copiarlo.

Santificar a Franco. Tras el entierro de Franco, empezaron a recibirse en la abadía del Valle cartas que proclamaban santo a Franco y pedían objetos que habían tocado su tumba, para guardarlos como reliquias.

Imágenes. Franco ordenó afeitar la escultura de San Juan porque con barba le parecía un anciano y quiso que las virtudes de prudencia, justicia, fortaleza y templanza fueran representadas con imágenes varoniles al estimar que las mujeres no encarnan esas virtudes.

Acoso a los marmolistas. Los dueños de la empresa que levantará la losa denunciaron ayer la campaña de “insultos, falsas acusaciones y amenazas” que están sufriendo y subrayaron que son “totalmente ajenos a intereses partidistas y a decisiones políticas o judiciales”. Asimismo, mostraron su extrañeza por el “protagonismo” que los medios han dado a “unos modestos trabajadores” que se limitan a realizar encargos.

Asociación navarra. La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA-36) ha celebrado la exhumación de Franco, “pese a llegar 40 años tarde”. Para la asociación, “la existencia de ese enterramiento suponía una clara afrenta hacia las miles de personas republicanas asesinadas precisamente por sus decisiones”.

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El Gobierno ha gastado casi 40.000 euros en acondicionar el panteón del cementerio de Mingorrubio. Esta es la partida más costosa de las que integran el presupuesto destinado a la exhumación.