pamplona - Diecinueve meses después de haber sido nombrado por primera vez ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska ha querido configurar un equipo a su medida, con la destitución de su número dos y del director de la Guardia Civil y el ascenso del que es su mano derecha, el hasta ahora jefe de gabinete. Horas después de la primera reunión del nuevo gobierno de Pedro Sánchez, Marlaska citó a todos los altos cargos de su departamento para comunicarles su futuro en el ministerio, en el que no seguirá la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella.

Un nombramiento que en junio de 2018 le fue impuesto por Ferraz y que salía del Congreso. Diputada por Valencia, Botella tenía un papel relevante en la comisión de Interior de la cámara, donde compartía turno con el que era portavoz del partido, Antonio Trevín. Aunque la gestión al frente de la Secretaría de Estado no ha sido puesta en cuestión, fuentes del entorno del departamento aseguran a Efe que Marlaska no ha tenido especial “feeling” con Botella y ha preferido ahora que sea su jefe de gabinete, el también juez Rafael Pérez, quien asuma el motor de Interior.

El último cese en Interior ha sido el de su jefa de prensa, Mar Hedo, que ha sorprendido a los medios de comunicación, con los que ha mantenido un trato exquisito y a la que el ministro nombró en su toma de posesión del pasado lunes para agradecer que siempre ha respondido a todos los periodistas. Mientras, la destitución al frente de la Guardia Civil de Félix Azón, también juez, era la más previsible, toda vez que las relaciones del ministro no han sido del todo buenas ni con el propio director ni con los mandos del instituto armado.

Varios han sido los desencuentros, que no tardaron en llegar cuando Marlaska se hizo con la cartera de Interior en junio de 2018 como la destitución del que fuera coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil Manuel Sánchez Corbí, uno de los hombres más fuertes del cuerpo. Disgustó al ministro que Corbí no informara previamente del correo electrónico que envió a las distintas unidades en el que informaba de que se había agotado la caja de fondos reservados de la UCO, por lo que se suspendían las actividades vinculadas con esa partida. Su cese fue fulminante.

Pero si algo molestó a los mandos del instituto armado fue que el puesto de jefe del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaria de Estado de Seguridad recayera en un policía, en concreto en el comisario José Antonio Rodríguez González, cuando en años anteriores ostentaba este puesto un guardia civil.

Las fuentes consultadas no descartan que en la destitución de Azón haya pesado también la operación de la Guardia Civil contra miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), toda vez que el ministro no había sido informado de la envergadura de esa intervención. Los servicios de Información se llevaron un buen rapapolvo del ministro, al que tampoco gustó la intervención del jefe del cuerpo en Catalunya, Pedro Garrido, quien en el acto de la festividad de la Guardia Civil manifestó que combatiría “sin tregua ni pena” a los que “recorran el camino a la independencia siguiendo la senda del terror”.

Aún no se conoce quien sustituirá a Azón, cuya gestión ha sido muy criticada por las asociaciones profesionales. De hecho, algunas de ellas se han apresurado a aplaudir su cese. Desde que accedió Azón al cargo, la Dirección General ha tenido que retirar dos de sus proyectos ante las críticas de las asociaciones. Se trata del que establecía la jornada y horario de servicio, los incentivos al rendimiento y las vacaciones, permisos y licencias del personal del Cuerpo, y el que regulaba el atuendo y el comportamiento de los guardias y que, entre otras medidas, prohibía los tatuajes y fumar durante el servicio.

No se mueven de Interior, por el momento, la subsecretaria, Isabel Goicoechea; el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo; el de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz; el director de Tráfico, Pere Navarro, y el de Protección Civil, Alberto Herrera.

el tráfico en navarra Varias asociaciones de guardias civiles, entre ellas la mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), se han congratulado por los relevos. En un comunicado, la AUGC confía en que la nueva Dirección General conlleve una reestructuración integral del gabinete para hacer equipo y destaca que la destitución de Félix Azón es el primer paso para normalizar las relaciones con las asociaciones de guardias civiles.

La AUGC espera que se abra “una nueva etapa ilusionante, a lo que contribuye el nombramiento como nuevo secretario de Estado de Rafael Pérez, una persona de carácter dialogante que rompe la tendencia anterior marcada por la arrogancia y la falta de empatía”.

Por eso la AEGC espera que el nuevo equipo del Ministerio del Interior esté más comprometido y “abra una puerta al diálogo con las asociaciones profesionales”. “Tienen por delante un arduo trabajo pues el nuevo equipo debe hacer frente ya a la tercera fase de la equiparación, afrontar un nuevo despliegue territorial, luchar por que los guardias civiles no sean expulsados de Navarra y mejorar la formación y dotación de más medios materiales”, concluye la AEGC. - D.N.

Tezanos sigue. El sociólogo José Félix Tezanos se mantendrá al frente del CIS en el nuevo Gobierno. Tezanos aterrizó en el CIS con polémica, en junio de 2018, porque fue nombrado siendo miembro de la Ejecutiva del PSOE -secretario de Estudios y Programas-. Durante su mandato ha sido criticado por todos los demás partidos por su metodología en las encuestas electorales. El pasado octubre, Podemos e Izquierda Unida llegaron a pedir su destitución por haber pedido el voto para el “bipartidismo”.

El cambio de día irrita a la derecha

Intención. La intención de Pedro Sánchez de cambiar el día de la celebración del Consejo de Ministros de los viernes a los martes para marcar la agenda política de la semana trastocará el funcionamiento habitual de las Cortes -Congreso y Senado- y, en especial, de las sesiones de control al Ejecutivo. La oposición no cree que esa decisión sea casual. Los tres partidos de la derecha (PP, Cs y Vox) acusaron ayer a Sánchez de querer “opacar” a la oposición y controlar así el poder legislativo después de lo que consideran que ha sido un intento de dominar la Fiscalía con la polémico elección de la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal general.