Pamplona - El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció ayer que durante la presente legislatura elevará la altura de las vallas de Ceuta y Melilla un 30%. El aumento de la valla dependerá de los tramos y de las características del relieve en el que se encuentre, pero fuentes del ministerio calculan que tras la obra la altura podrá alcanzar los diez metros en algunos puntos.

Asimismo, Marlaska informó de que las fronteras incorporarán circuitos cerrados de televisión y experimentarán la sustitución de las concertinas por “elementos que doten de seguridad pero no sean cruentos”, sin detallar el sistema ni la fecha de su finalización. El proyecto tiene un presupuesto de 32 millones de euros. Esta es la primera gran intervención en las vallas en 13 años. Las únicas reformas que se han hecho desde 2006 han sido reparaciones concretas de daños producidos por la climatología o por las entradas masivas de personas.

Seguridad en las fronteras Así se expresó el ministro durante su intervención en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. En su discurso, con el que pretendió anunciar las líneas generales de actuación del ministerio que dirige, enmarcó la puesta en marcha de las mencionadas medidas de seguridad en las fronteras de África en un plan más amplio sobre protección del entorno físico del país.

Era la primera ocasión en que Grande-Marlaska se pronunciaba desde que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hiciera público, el pasado jueves, su fallo sobre las expulsiones exprés en las fronteras. Y sus palabras dejaron más dudas que certezas. El ministro del Interior aseguró que el fallo judicial ha dejado claro que “la violencia es un límite al ejercicio de los derechos fundamentales”, en referencia a la que supuestamente ejercen los inmigrantes que intentan saltar la valla. A continuación, recalcó “la importancia de tener mecanismos en frontera y en el ámbito de los consulados para que pueda haber solicitudes de protección internacional” por parte de potenciales solicitantes de asilo. Únicamente admitió que este último punto aún se puede mejorar. Todo ello, sin citar las devoluciones en caliente o el rechazo en frontera, que era el término que usaba el PP.

El ministro del Interior sí reiteró, como ya comentó la semana pasada en el Senado, que será derogada la llamada ley Mordaza, en la que el PP introdujo una disposición adicional para legalizar las devoluciones en caliente cuando la aprobó, en 2015. Marlaska anunció una nueva Ley de Seguridad Ciudadana para sustituirla. Hasta ahora, el PSOE había planteado una reforma de los artículos más polémicos -los que llevó, junto a otros grupos parlamentarios, al Tribunal Constitucional tras ser aprobada por el Gobierno de Rajoy-, pero ahora habla de hacer una nueva partiendo de cero.

El ministro ya había suavizado la polémica ley mordaza dando instrucciones a Policía Nacional y Guardia Civil para racionalizar su aplicación. No obstante, en la nueva norma no estarán, como ya anunció en su día el grupo socialista, las devoluciones en caliente. El plan es que estas queden reguladas en una futura nueva Ley de Extranjería, a la que, sin embargo, no hizo alusión el ministro durante su intervención en el Congreso.

En su comparecencia, también anunció que su departamento prepara la creación de un Plan Director de Ciberseguridad que reorganice la estructura del propio ministerio en esta materia, y otro Plan Estratégico contra la trata que, según explicó, tendrá en la erradicación de las violencias sexuales “una de sus principales líneas de trabajo”. En este sentido, también se refirió a potenciar la Oficina de Coordinación Cibernética, “un órgano de inteligencia y coordinación” entre las fuerzas de seguridad del Estado, según indicó, en el ámbito de la ciberseguridad.

Violencia vial

Cambios en el carné por puntos

Digitalización de trámites. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, apuesta en materia de Seguridad Vial por la modernización de la Ley de Tráfico y la digitalización administrativa para poder “erradicar la violencia vial” en España. A juicio del ministro, a pesar de los datos “menos malos” cosechados en 2019 (mínimo histórico de fallecidos, con 1.098), considera “imprescindible continuar avanzando”. Para ello, plantea la alineación de la Seguridad Vial con los objetivos de la Agenda 2030 y la Estrategia de Seguridad Vial de la UE y digitalizar la relación administrativa con la DGT, así como modernizar la Ley de Tráfico para modificar el sistema de carné por puntos.