- España se prepara para salir de la “hibernación” y volver, entre hoy y mañana, a recuperar algunas actividades no esenciales, pero persistirá el confinamiento causado por el COVID-19 porque su “desescalada” no se producirá antes de dos semanas. No se descarta que las restricciones puedan mantenerse o reforzarse una vez que concluya la prórroga del estado de alarma el próximo 26 de abril.

Hoy es festivo en ocho comunidades autónomas -Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Catalunya, Comunidad Valenciana, Navarra, País Vasco y La Rioja-, pero en el resto de las regiones actividades como la construcción y la industria volverán al trabajo siempre que se garanticen medidas de seguridad que eviten el contagio por el COVID-19.

Para ello, el Ministerio del Interior ha desplegado un operativo para repartir a partir de hoy en puntos logísticos de toda España más de diez millones de mascarillas, como en las estaciones de metro o las paradas de autobuses.

Estos datos y las últimas medidas para frenar la pandemia los trasladó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los jefes de los gobiernos autonómicos en una videoconferencia desde el Palacio de la Moncloa, una cita ya habitual los domingos.

Y tras ella, y en una comparecencia telemática, Sánchez lo dejó claro: el confinamiento persiste y continuará como mínimo otras dos semanas, porque lo que sí se está terminando es la “medida extrema de la hibernación”. “Si ganamos el terreno al virus y nuestro sistema de salud recupera tono avanzaremos en la desescalada; si no es así, quiero ser muy claro, mantendremos o reforzaremos las restricciones porque lo primero para este Gobierno siempre será la salud de nuestros conciudadanos”, manifestó.

El Gobierno actuará en la toma de esta decisión bajo el asesoramiento del comité científico y, a partir de ahí, “en función de cuál sea la evolución se actuara con mayor restricción o con menor restricción”. Para ello, se van a aplicar marcadores recomendados por los expertos para medir “con rapidez” tanto la propagación como la capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Salud. “Estos marcadores serán los que nos guiarán en la futura desescalada y nos aconsejarán eliminar poco a poco, esperamos que muy pronto, las futuras restricciones”, añadió Sánchez, quien en su intervención recordó que España no está “siquiera entrando en la segunda fase”, lo que los expertos llaman la fase de desescalada, motivo por el que se mantiene el confinamiento general.

No obstante, en este momento, destacó que los asesores científicos confirman que “vamos por buen camino” en la lucha contra el coronavirus. Tal y como muestra la desaceleración de los casos de contagio que se han reducido del 38% antes del estado de alarma al actual 3%, “tras un mes de lucha”.

Pero el regreso a la normalidad será progresivo y muy cauteloso, enfatizó el jefe del Ejecutivo, quien pidió que esa desescalada se traslade al campo político, porque lo que se necesita de forma inmediata, según Sánchez, es unidad para afrontar lo reconstrucción económica y social en la “posguerra”, según denominó al periodo que se abrirá una vez se supere la pandemia.

Apeló directamente al PP pero también abogó por la unidad de todas las fuerzas políticas para hacer frente a la crisis del coronavirus, en lo que denominó Pacto de Reconstrucción Económica y Social, poniendo como ejemplo el consenso alcanzado hace 40 años en la Transición.

“La desescalada en la tensión política debe empezar ya, cuanto antes. Y debe dar lugar a la unidad, al diálogo, al consenso y al acuerdo. La mejor noticia que podrían recibir los españoles y españolas al salir de sus casas es saber que sus representantes políticos han sido capaces de superar sus diferencias y diseñar juntos un gran plan de reconstrucción económica y social para volver a poner en marcha a nuestro país”, manifestó Sánchez en su comparecencia.

El jefe del Ejecutivo subrayó que el COVID-19 no distingue de territorios ni de color político, por lo que la respuesta “debe ser común, unida”. Esto debe hacerse, a su juicio, a través de un gran pacto de reconstrucción económica y social que se selle en los nuevos Pactos de la Moncloa que quiere impulsar el Gobierno y que el presidente quiere que se formalicen esta misma semana en una primera reunión.

Para este objetivo, el jefe del Ejecutivo insistió en dejar atrás “las palabras gruesas, el lenguaje agresivo” y el “espectáculo de políticos peleándose”, algo en lo que dijo comprometerse personalmente por ser su “responsabilidad” como presidente.

“Mientras prosiga esta crisis, sólo unidad. Sin reproches ni críticas ni desplantes”, pidió. “Democracia significa pluralidad, pero también unión cuando tenemos el ataque de un enemigo común”, sostuvo Sánchez, recordando el ejemplo de hace 40 años tras la dictadura franquista y pidiendo a todas las formaciones que se inspiren en él y en otros pactos anteriores como el antiterrorista o el de las pensiones. “Todos sabemos que cuando venzamos esta guerra necesitaremos todas las fuerzas país para vencer la posguerra”, reconoció.

Asimismo, Sánchez anunció también que tiene la intención de poner en marcha una renta mínima vital “cuanto antes”. “Será una de las políticas públicas que pondremos en marcha cuanto antes y nos gustaría que la propuesta contara con el aval de los agentes sociales y de las fuerzas políticas, que pudieran ser parte de ese acuerdo por la reconstrucción económica y social que vamos a empezar de manera urgente”, señaló.

La renta mínima vitalicia era “un proyecto de legislatura” que, según recordó Sánchez, estaba muy ligado a paliar la pobreza infantil antes de que se desencadenara la actual crisis del coronavirus.

También anunció que en los próximos días convocará a la CEOE y a los sindicatos para tratar de impulsar nuevos pactos que permitan mitigar los efectos económicos y sociales de la crisis del coronavirus.

Salvo urgencias. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer una Orden Ministerial en la que suspenden las obras de intervención en edificios en los que haya personas ajenas a la construcción para evitar el contacto entre trabajadores y habitantes y reducir así el riesgo de contagio por coronavirus. La orden explica que “la concentración de personas en edificios” en los que se desarrollan obras en la que “los trabajadores deben compartir determinados espacios comunes con residentes u otros usuarios” implica un “incremento del riesgo de contagio”. Por ello, el Gobierno, para “garantizar la contención de la pandemia”, procede a suspender “la ejecución de determinadas obras”. Sin embargo, la prohibición no afectará a construcciones o reparaciones de carácter “urgente”, como instalaciones, averías o tareas de vigilancia del propio inmueble. “Dicha restricción no alcanzará a las obras en las que no sé produzca dicha interferencia ni a las obras que puedan ser sectorizadas o separadas dentro del inmueble al que afecten”, determina la orden.

“Si ganamos el terreno al virus y nuestro sistema de salud recupera tono avanzaremos en la desescalada”

Presidente del Gobierno