- El Parlamento de Navarra concluyó ayer los trabajos de la comisión del Plan Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu. Desde el 9 de junio, los grupos parlamentarios han debatido y votado medidas concretas para cada uno de los departamentos del Gobierno. El resultado final es de 126 propuestas de resolución aprobadas, que son como iniciativas de urgencia para afrontar la crisis del coronavirus, y que han quedado plasmadas en un dictamen que se aprobó ayer con los votos a favor de Navarra Suma, PSN, Geroa Bai y Podemos, y las abstenciones de EH Bildu e I-E. Mañana, el plan pasará de la comisión al pleno, donde se producirán los últimos debates y votaciones, también las de los votos particulares, que no son más que las enmiendas que fueron rechazadas durante los debates en comisión, antes de que el texto se remita al Gobierno de Navarra.

Y, como quien dice, hasta ahí. Más allá de la publicación de las conclusiones definitivas con el sello del Parlamento, es una incógnita saber qué recorrido tendrá lo aprobado por los grupos parlamentarios. Porque hay dos cuestiones clave que han atravesado todos los debates, y que se han ido descarnando conforme avanzaban las jornadas: el hecho de que el plan no sea vinculante, es decir, que el Gobierno no tenga la obligación de aplicar las medidas que dicte la Cámara; y la tremenda incógnita que existe en torno a la financiación de las medidas, sin que Navarra sepa todavía cómo van a quedar los ingresos extraordinarios por la crisis del coronavirus -bien sea por los 16.000 millones del Estado, muy en duda hasta ahora, bien sea en los fondos europeos- y qué priorizará el Gobierno en su plan de choque. Es decir, que la comisión ha quedado bastante descafeinada, y los grupos no se han cortado en manifestar públicamente sus dudas sobre la efectividad de lo que se lleva semanas negociando y debatiendo en el Parlamento. Con la previsión de que los ingresos caigan un 20% este año -819 millones, según cálculos de Hacienda-, hay grupos que temen que todo quede en papel mojado.

Ha habido, no obstante, posiciones de todo tipo. Hay quien ha defendido, desde el principio, que el Parlamento tiene su espacio, y el Gobierno otro diferente. El PSN, por ejemplo, ha venido reiterando que el Parlamento tiene que legislar y controlar, y el Ejecutivo ejecutar, por lo que el plan no podía estar condicionado al 100% por la Cámara. La posición contraria han mantenido, claro, los partidos de oposición. EH Bildu planteó desde el primer día que los resultados del plan debían ser vinculantes, y se preguntó en más de una ocasión si todo lo debatido no quedaría como "un brindis al sol", como dijo el lunes Bakartxo Ruiz, si no estaba clara la financiación. Misma tesis que Navarra Suma, que se ha dedicado a cuestionar la comisión, en la que ha hecho incluso alguna propuesta surrealista, como que se gastara este año -en el que la merma de ingresos no va a tener prácticamente precedentes- 268 millones en las obras del TAV, que acumulan 30 años de retrasos porque su promotor, el Estado, se olvida sistemáticamente de Navarra.

Y también ha habido quienes creen que esta comisión, ya solo por incorporar propuestas de todos y establecer prioridades ha merecido la pena, aunque solo sea por posicionamiento político. Habrá que ver, a partir de mañana, que rumbo toma el desenlace del plan.

819

El Gobierno de Navarra, a través de la Hacienda Foral, calculó que la merma de ingresos de este año por culpa del covid iba a rondar los 819 millones, el 20% de la recaudación total.

671

Esa misma capacidad de recaudación se iba a recuperar en el año 2021, cuando la consejera Saiz -titular de Economía y Hacienda- calculó que se iba a aumentar en 671 millones la recaudación, lo que marcaría el comienzo de la recuperación.

4.140

El cuadro macroeconómico del Gobierno prevé que en 2023 se ingresarán 4.140 millones por recaudación ordinaria. Es menos de lo que se hubiera ingresado en caso de no existir el impacto del covid. El propio Gobierno foral cree que, ya en el año 2022, Navarra puede recuperar las cifras de recaudación que registraba en 2020 antes de que la crisis del covid empañara toda la política de ingresos.