- El Gobierno de Navarra aprobó en sesión sabatina el Plan Reactivar Navarra Nafarroa Supertu 2020-2023, un día después de conocerse el hundimiento de la economía navarra y de la celebración de la Conferencia de Presidentes. Siguiendo esa intensa estela informativa, el Gobierno convocó a los medios de comunicación en el patio del Palacio de Navarra, en una presentación en la que participó la presidenta María Chivite, y los vicepresidentes Javier Remírez y José María Aierdi. Los tres remarcaron la ambición que se proyecta en este plan, que pretende "avanzar hacia un nuevo modelo social y económico" al mismo tiempo que se combate los efectos de la crisis generada por la pandemia vírica, con un recuerdo muy marcado de las consecuencias generadas por la orientación neoliberal con la que se abordó la crisis anterior.

El plan, que se puede consultar en formato íntegro y resumido en la web reactivar.navarra.es, cuenta con 190 medidas agrupadas en siete ámbitos de trabajo con 46 prioridades de actuación: transformar la economía para la digitalización, acelerar la transición ecológica, vertebrar el territorio de manera sostenible, promover la cohesión social y la igualdad de oportunidades, profundizar en nuestro marco de convivencia, reafirmar el liderazgo de lo público, y medidas de acción exterior.

Reactivar Navarra contará para los próximos tres años con 989,41 millones de euros a cargo de los Presupuestos forales. A este montante hay que añadir los recursos procedentes de los programas de reconstrucción del Estado y de la UE, de otros fondos europeos, y de la movilización de recursos privados, a través de la inversión de impacto, las inversiones responsables y las alianzas público-privadas. Se contará además con el recurso del endeudamiento. El 70% de los fondos se tendrán que asignar en 2021 y 2022.

Del discurso de la presidenta fueron llamativas dos premisas contundentes: "el agotamiento que depara el actual modelo", enfrentado a una pandemia vírica que "supone el mayor reto institucional, político, económico y social a nivel internacional desde la Segunda Guerra Mundial". Para Chivite, la crisis derivada del covid-19 requiere "impulsar nuevas fórmulas", "un nuevo modelo que necesita de respuestas disruptivas; cambios consistentes, duraderos e innovadores en la economía y la sociedad", lo que, según su vicepresidente primero Javier Remírez, demanda también un nuevo modelo de gobernanza", que el Plan intenta articular a partir de su filosofía participativa.

La presidenta no dudó en calificar de "hito" este plan, que lo encadenó con una vocación histórica de Navarra por "idear modelos de desarrollo y progreso", que ejemplificó en la apuesta por la promoción industrial de la Diputación Foral en los años sesenta del siglo pasado, la constitución en 1995 de la empresa pública Energía Hidroeléctrica de Navarra "como instrumento para el desarrollo del sector de energías renovables", o más recientemente las estrategias de especialización inteligentes.

Así que Reactivar Navarra, mucho más allá de abrir un paraguas frente a la crisis, pretende comenzar a articular las bases socioeconómicas de la Navarra de las próximas décadas, incardinada en Europa -nombre propio repetido insistentemente por Chivite- con un modelo social, ambiental y económico actualizado que genere bienestar y cohesión social. En palabras del vicepresidente segundo, José María Aierdi, estamos ante "una oportunidad colectiva para Navarra", un "plan de reconstrucción, no un paquete de ayudas inconexas" ni un "plan desarrollista".

El documento "absolutamente coherente" con el acuerdo programático, subrayó Chivite, se presentará a los agentes sociales y económicos a partir de septiembre en distintos foros. Para Chivite, el marco generado es "un paso cualitativo muy relevante para Navarra" cuya base son las 100 medidas aprobadas a través de los diferentes decretos forales aprobados durante la pandemia, y que al mismo tiempo "nace de un ejercicio de participación y aportación", a partir de aportaciones de los departamentos del Gobierno de Navarra, del Parlamento foral, las entidades locales, y diferentes instituciones, entidades y colectivos que aportaron sus propuestas a este proyecto.

A pesar de la incertidumbre económica que marcará el devenir de los próximos meses, el Plan mira mucho más allá, por lo que Chivite espera que no sea sensible a los vaivenes más inmediatos del próximo otoño e invierno. Dada esta mirada larga, se busca socializarlo, y reforzar socialmente una cultura del bien común que pese a esta coyuntura redunde en una salida cohesionada y cívica.