El sindicato de Vox ha abierto su sede provicional en el exclusivo barrio madrileño de Salamanca, uno de los más caros de España. Aunque el partido ultra asegura que no es su sindicato, fue el presidente de Vox, Santiago Abascal, quien anunció su creación, en plena campaña electoral gallega

Ha sido bautizado como Sindicato para la Defensa de la Solidaridad con los Trabajadores de España (SPDSTE), de ahí que los responsables de Solidaridad Obrera, sindicato anarcosindicalista con tres décadas de existencia, temen que se haga llamar Solidaridad, y estudian acudir a los tribunales para impugnarlo, según ha informado El País. Entre los promotores del nuevo sindicato, cuyos estatutos recogen los principios de Vox, figura Raquel Moreno Barba, la única concejal de Vox en Torres de la Alameda, pero se desconoce aún quién lo liderará. Al frente se situará un secretario general con enormes poderes, elegido por cuatros años.

Cuando anunció su creación, el pasado 4 de julio, Abascal aseguró que el nuevo sindicato sería "sufragado por sus afiliados" y no se alimentaría "del trabajo de todos los españoles como hacen los sindicatos actuales". La organización promete sufragarse con las cuotas de sus afiliados, pero también con "donaciones, subvenciones y aportaciones", lo que supone que contempla recibir subvenciones. También Vox empezó criticando las ayudas públicas a los partidos políticos, pero no ha renunciado a ellas cuando ha tenido posibilidad de cobrarlas, recuerda el rotativo.

Vox, con un programa económico ultraliberal que incluye recortar el derecho a la huelga y liquidar la negociación colectiva, razón de ser de los sindicatos, con su propuesta de que los trabajadores puedan descolgarse de los convenios y pactar individualmente con los empresarios condiciones laborales por debajo de las acordadas para su sector o empresa, ha visto la oportunidad de seducir a votantes tradicionales de la izquierda al presentarse como defensor del proteccionismo y aliado de los trabajadores frente a las multinacionales.