El exnúmero dos de la Policía, Eugenio Pino, ha señalado ante el juez del caso Villarejo que el entonces director general, Ignacio Cosidó, estaba informado del operativo policial llamado Kitchen, sobre un supuesto espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas, que ahora investiga la Audiencia Nacional.

Pino, exdirector adjunto operativo (DAO) de la Policía, ha declarado este lunes como imputado en este tribunal, donde también estaba citado el excomisario Enrique García Castaño y dos notarios que protocolizaron unos mensajes del exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, estos últimos como testigos, aunque acompañados de abogado.

Según informan a Efe fuentes jurídicas, Eugenio Pino ha señalado a Ignacio Cosidó como una de las personas que estaban informadas de este supuesto operativo puesto en marcha en 2013 con el que presuntamente se buscaban documentos sensibles para el PP que estaban en poder de la familia de Bárcenas.

Pino, que sólo ha contestado a la Fiscalía y al juez, ha apostillado que habló en alguna ocasión de esta operación con Francisco Martínez, pero no con el exministro, según las fuentes.

El exDAO también ha explicado que, al ver en prensa una información sobre las sociedades del excomisario José Villarejo estando en activo, pidió al inspector jefe de la UDEF Manuel Morocho que lo investigase; éste le dijo que no había nada y fue después el CNI el que sacó un documento con lo que había investigado sobre el excomisario.

Pino ha relatado asimismo que Villarejo comentó que tenía unas cintas grabadas de Corinna Larsen y que quería investigar lo que ella le había contado, y éste le pidió que no lo hiciera, explican las fuentes.

Según el exnúmero dos de la Policía, el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán le pidió en tres ocasiones que detuviera a Villarejo y Pino le advirtió que no entrase ahí, que el excomisario tenía copias de las grabaciones de Larsen y se podía producir un daño incontrolado a la Corona.

Entre tanto, Villarejo estaba supuestamente en una investigación con el CNI sobre Guinea Ecuatorial para atraer al hijo de Theodoro Obiang a España y tiempo después surgió una denuncia anónima que le vinculaba con la entrada ilegal de ciudadanos de ese país, que fue la que dio lugar a su detención.

Según Pino, en esa época el CNI lo controlaba la exvicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría a través de su jefa de gabinete María González Pico, mientras que sobre Villarejo tenían influencia la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su "maridísimo", Ignacio López del Hierro, añaden las fuentes.

A lo largo de su declaración, ha reconocido que recibió una llamada de Martínez preguntando por el chófer de Bárcenas, tal y como éste aseguró que hizo al recibir supuestamente un mensaje del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz interesándose por este posible confidente policial, un extremo que este último niega.

De acuerdo con las fuentes, Pino ha dicho que, cuando recibió esa llamada, él se acababa de enterar de que esa operación estaba en marcha, pero ha asegurado que él no la inició, porque no tenía capacidad para tomar una decisión así.

El magistrado instructor del caso ha comenzado la jornada interrogando a los dos notarios que protocolizaron los mensajes que Francisco Martínez atribuye a Jorge Fernández Díaz sobre esta operación y que éste niega.

Ambos han declarado que recogieron en el acta los mensajes que les indicó Martínez y que, según les dijo, fueron remitidos por el exministro, pero que no hicieron ninguna comprobación al respecto porque no podían hacerla ni se les requirió, según ha explicado a los medios el abogado de Fernández Díaz, Jesús Mandri.

Tampoco buscaron información sobre el remitente en el móvil de Martínez ni lo hicieron constar en el acta, de modo que, según el abogado, son documentos donde "se recogen las propias manifestaciones" del exsecretario de Estado y "ninguno descarta que se pudo hacer una manipulación de los mensajes".

El abogado también ha resaltado que tanto Pino como García Castaño han negado "tajantemente" haber enviado un mensaje a Fernández Díaz relacionado con la operación policial, donde se informaba de que "se hizo con éxito", o que éste "se lo haya reenviado después a Martínez".

A su entrada a la Audiencia Nacional, García Castaño ha señalado a los medios que nunca ha tenido el teléfono del exministro y ha negado ser el autor de ese mensaje. Después se ha reafirmado en esta idea ante el juez y ha asegurado que mensajes de ese tipo venían de arriba, es decir, no procedían de un policía, sino que debía ser una persona con mayores responsabilidades y con mucha información