- El debate de los Presupuestos se está caracterizando por el buen ambiente general de los parlamentarios. Es como si Navarra Suma hubiese asumido que el resto de fuerzas han alcanzado un pacto para sacar adelante nada más que sus enmiendas, así que los parlamentarios de la derecha no se llevan mal rato cuando ven que el bloque progresista les pasa el rodillo, algo que tampoco puede ser de otra manera teniendo en cuenta que la mayoría de las enmiendas de la coalición de Esparza no cuenta con financiación. Pero el debate del departamento de Salud, el último del martes -acabó a las diez menos cuarto- fue, hasta ahora, el más tenso. Aprobó 14 de las 57 enmiendas debatidas, todas a iniciativa del bloque progresista, lo que supuso añadir 1.268.769 euros al Presupuesto de la sanidad pública. La más sustanciosa, medio millón para retribuir guardias especiales a personal de Osasunbidea.

Lo fue porque la parlamentaria de Navarra Suma, Cristina Ibarrola, planteó un discurso árido de reproche continuo, en el que se le colaron muchos calificativos que fueron desde “migajas” para referirse a las enmiendas; hasta “fraudulentos”, “mentirosos” e “incoherentes” a prácticamente el resto de portavoces. “Están haciendo el paripé, haber dicho que eran migajas y este debate nos lo ahorramos”, dijo Ibarrola, que echó en cara a los socios sus “incoherencias” por seguir con el modelo de “peonadas y derivaciones” que tanto criticaron a UPN. “Es que todo lo anterior a sus Gobiernos parece que vino Dios a plantarlo, que no lo hizo UPN”, afirmó también la parlamentaria de la derecha, que tiene colmillo. Se lo afearon el resto de portavoces, que le pidieron un poco más de sosiego en general, ya que propiamente las enmiendas de Navarra Suma no se podían llevar a cabo. “Estar en la oposición te permite todo tipo de licencias”, le lanzó Ana Ansa, de Geroa Bai, que resumió don dos cifras la labor de Navarra Suma: “35 enmiendas a 50 millones”. Algo inasumible y que convierte “la oposición en discurso”, como dijo Mikel Buil, de Podemos. “Y usted sabe que la gestión es algo más que la corbata, que la gestión, sin financiación, es discurso”.