- El tono del debate de las enmiendas parciales se está oscureciendo conforme avanzan los días. La cohesión del bloque progresista, el escaso margen para el intercambio económico en las Cuentas -apenas 10 millones- y los intereses particulares de Navarra Suma, que ha preferido plantear enmiendas irrealizables para hacer discurso político, ofrecían un panorama previsible y, por ello, bastante tranquilo. Se debatía, sí, había choques puntuales, pero se ceñían el típico intercambio parlamentario. Pero desde el cambio de portavoces a partir del departamento de Salud -con la versión más bronca de Navarra Suma en la parlamentaria Cristina Ibarrola-, la derecha ha redoblado el tono, ha salido del debate de las enmiendas y se ha centrado en críticas personales a los socios, ataques al Gobierno por el pacto presupuestario con EH Bildu y, en la mañana del miércoles, un celo obsesivo contra el consejero Manu Ayerdi. Los 758.000 € de las once enmiendas aprobadas al departamento -todas a iniciativa del bloque progresista- quedaron en un segundo plano. La más importante, una enmienda de 290.000 euros para apoyar a las centrales sindicales en acciones contra la covid y que contó con el voto en contra de la derecha.

Prácticamente, de nada más se habló en el debate del departamento de Desarrollo Económico, que el parlamentario Carlos Pérez-Nievas planteó como un monólogo contra el consejero Ayerdi para tensionar a los socios, lo que provocó el que hasta ahora ha sido el choque más agrio: un enfrenamiento en lo personal entre la parlamentaria Ainhoa Unzu (PSN) y el parlamentario de Ciudadanos dentro de Navarra Suma.

Forma parte de una estrategia. La derecha va camino de no sacar adelante ni una sola de sus propuestas, por lo que el chip ahora es otro: hacer ruido y volver una y otra vez a la situación de investigado del consejero Ayerdi -“que ya no seguirá en el departamento cuando esto se apruebe”, dijo-, y a mil disquisiciones jurídicas -sobre si cuándo dimitirá, sobre el alcance del anuncio del Supremo...- que no tuvieron nada que ver con el objetivo de la sesión.

El resultado es que el debate parlamentario que fija cuantías concretas para gastos interesantes para la ciudadanía queda totalmente opacado por el barro de Navarra Suma. Marisa de Simón (I-E) y Laura Aznal (EH Bildu) fueron las que más se ciñeron a las enmiendas y apenas entraron al trapo. Mikel Asiain (Geroa Bai) y Mikel Buil (Podemos), que censuró a Pérez-Nievas que “cree el ladrón que todos son de su condición” por hablar con ligereza sobre Ayerdi, no fueron tan estoicos y cayeron en las provocaciones de Pérez-Nievas, aunque con cierta distancia.. Pero fue con Unzu con quien se vivió el momento más tenso. La socialista reprochó la dureza de Pérez-Nievas en la exposición, algo a lo que “ya estamos acostumbrados”. Se conoce que al parlamentario le ofendió algo, porque en su réplica se mostró muy fatuo. “Ustedes y nosotros vamos a volver a gobernar Navarra, y usted saldrá ahí a defenderme a mí”, contestó Pérez-Nievas con chulería, poco antes de ofrecerse para dar “lecciones gratis” sobre Derecho, materia en la que deslizó que Unzu no sabe nada. “Ayerdi es un investigado, otra cosa es que le condenen o no, pero es un investigado y si han puesto el listón tan alto, flanquéenlo o dejen la política”. “Bájese del pedestal, porque no se ha dedicado a otra cosa en su réplica que a llamarme tonta a la cara”, contestó Unzu, que contestó a Pérez-Nievas que, precisamente por ese talante de superioridad, la derecha ocupa hoy el lugar que ocupa. “Estamos hartos de que hablen desde el púlpito de la superioridad”, zanjó la socialista.