Fueron febrero y marzo de 1991 meses importantes para el futuro de Navarra, políticamente un tanto desconectada del acontecer bélico internacional según se empezó a intuir que la guerra en el Golfo no sería para Estados Unidos un nuevo Vietnam. Recopilemos: el PSN de Gabriel Urralburu llevaba en la presidencia del Gobierno de Navarra desde 1984. A pesar de lo que podía indicar su cabello canoso, en aquel invierno Urralburu contaba solo con 40 años, pero su futuro político estaba a punto de empezar a declinar, hasta acabar emborronado.

En sentido inverso, los idus de marzo sirvieron de catapulta a otro histórico, Juan Cruz Alli, que libró una intensa batalla política frente a Jesús Aizpún, en la que consiguió sacar adelante su apuesta de encabezar una lista al Parlamento a partir de la unión de UPN y PP. Lo hizo en dos tiempos. Primero, con la nominación como candidato que obtuvo el 9 de febrero. Menos de tres semanas después, el 28 de febrero, se hizo público el preacuerdo entre ambas formaciones, precisamente el mismo día en que terminó la guerra frente a Irak, aunque aquella jornada no trajo la paz interna en UPN.

Alta tensión en UPN

Al día siguiente, Aizpún amagó con la dimisión si se confirmaba el pacto, preocupado por la "subordinación" de UPN a los populares en el ámbito estatal e internacional. Sin embargo, finalmente se sentó a la izquierda de Aznar en la firma del acuerdo realizada el 25 de marzo. Lo hizo a regañadientes, eso sí, y de víspera, en la asamblea de UPN en la que se dio luz verde a la fusión, Aizpún dijo que su rúbrica iba a ser, "por imperativo legal, como hace HB en la jura de la Constitución", lo que da una idea de lo tremendamente convulso que resultó el proceso. Lo curioso es que dos meses antes, el 21 de enero, Miguel Sanz, entonces vicepresidente de UPN, había considerado "prácticamente descartada" la coalición con el PP. Ese día, por el lado del Partido Popular, Jaime Ignacio del Burgo avisó que el tiempo se estaba "agotando" y que la "paciencia en este tema también", defendiendo la rentabilidad de la confluencia: "Si vamos juntos podemos ganar y si vamos por separado, no ganaremos".

Al día siguiente, PNV, EA y EE firmaron un acuerdo de coalición para formar un nuevo Gobierno Vasco, mientras en Navarra, Urralburu vaticinó que el PSN-PSOE subiría "dos o más escaños" en las elecciones previstas para mayo. No iba desencaminado. El PSN pasó de 15 a 19 escaños, y UPN que venía de 19 en 1987, obtuvo tras la confluencia con el PP uno más, hasta llegar a los 20. Los mismos, por cierto, que tiene hoy Navarra Suma. Pero entonces los 6 escaños de HB, reacios a facilitar que el PSN-PSOE reeditase en el Gobierno, fueron de rebote el pasaporte para la llegada al Ejecutivo de UPN. Ver para creer desde la perspectiva actual.

Unanimidad en el PSN

Los socialistas navarros habían celebrado su IV Congreso el 16 y 17 de febrero, con llamativa unanimidad, pues Gabriel Urralburu y Jesús Malón fueron reelegidos respectivamente como secretario general y presidente del partido cosechando el 100% de los votos. Además, el 94% de los delegados aprobó la gestión de la Ejecutiva. Un congreso a la búlgara que describió la férrea cohesión existente. En la primera jornada, Urralburu tuvo que multiplicarse. Por la mañana, dio su discurso de balance de gestión. Por la tarde, acudió a San Sebastián, y junto con José Antonio Ardanza, que acaba de volver a tomar posesión como lehendakari, y el diputado General de Gipuzkoa, Imanol Murua, bajo el lema "Por la libertad-Askatasuna", participó en una manifestación frente a las amenazas de ETA ante la autovía Navarra Gipuzkoa. "Ya nadie en su sano juicio puede ofrecer argumentos contra un proyecto impecable en su elaboración, en su tramitación y en su interés social. Ningún resquicio de duda ofrece la calidad técnica del proyecto", dijo Urralburu aquel día. Pocos meses después, en agosto, la Diputación de Gipuzkoa llegó a un acuerdo con la coordinadora Lurraldea para modificar el trazado a su paso por el Valle de Leizaran.

Volviendo al congreso del PSN; en su jornada de cierre, Urralburu, tal vez imbuido de efervescencia por su dominio interno incontestable, manifestó que no solo no le preocupaba una posible fusión entre UPN y PP, sino que la creía "conveniente". Entre los participantes en aquel cónclave, se hallaba el entonces ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que fue reelegido representante de los socialistas navarros en el Comité Federal del PSOE. El político tafallés, entrevistado en Navarra Hoy, aseguró que en España no había neoliberales. Para Solchaga, el conflicto bélico que se estaba desarrollándose en ese momento era "una guerra legítima", con "intereses económicos" de los que no había por qué avergonzarse. En ese momento al PSOE aún le quedaba un lustro en el poder. Al PSN, solo 7 meses, 4 de ellos en funciones, y un futuro complicado por delante.