- La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, afirmó ayer que, tras la tensa reunión que mantuvo la Ejecutiva del partido el lunes, en la que se analizó el fracaso en las elecciones catalanas; se siente "más reforzada que nunca" para continuar en el cargo y seguir implantando el proyecto que inició hace un año cuando accedió a la presidencia.

Arrimadas asume que cometieron fallos en Catalunya, el principal "no haber sabido ilusionar al constitucionalismo", pero cree que la estrategia "es la correcta" y que en el equipo de dirección "no sobra nadie", refiriéndose a las dimisiones que han pedido algunos dirigentes.

"No hemos movilizado al constitucionalismo, no hemos sabido hacerlo", reconoció Arrimadas en una rueda de prensa telemática tras la reunión de la Ejecutiva permanente, núcleo duro del partido, en la que por primera vez admitió que los resultados de las elecciones catalanas fueron "muy malos" y que uno no baja de 36 a 6 diputados "sin cometer muchísimos errores".

Lo que no concretó fue qué errores han podido cometer para pasar de ser la primera fuerza catalana a la penúltima. "No es fácil, ojalá hubiera una cosa concreta que si la cambiamos, solucionamos todos los problemas", respondió.

En todo caso, recalcó, "hay que solucionarlo y lo vamos a solucionar", dejando también claro que el liderazgo de Carlos Carrizosa en Catalunya no está en entredicho ni nadie lo ha cuestionado.

La reunión de la cúpula naranja se celebró después de que el lunes se reuniera el Comité Ejecutivo -órgano más amplio- durante cinco horas para analizar el desastre electoral, una reunión en la que hubo muchas críticas a la estrategia e incluso se pidió la dimisión del responsable de campaña y vicesecretario primero, Carlos Cuadrado.

En cualquier caso, Inés Arrimadas evitó pronunciarse sobre esa petición de dimisión o sobre el malestar interno que se trasladó por los pésimos resultados obtenidos. La decisión de la presidenta de no realizar ningún cambio de caras ha suscitado un profundo malestar en el sector crítico de la formación, que advierte de que si Arrimadas no toma medidas y optar por hacer de "parapeto" ante los responsables de la "catástrofe" electoral, "al final van a acabar apuntando a ella" y pidiendo su cabeza como líder.

Mientras tanto, Arrimadas niega la mayor y asegura que las tensiones internas no son reseñables. Según su versión, el debate fue tranquilo y centrado en "cómo volver a ser ese motor que sacaba de la abstención a muchísimos constitucionalistas" en Catalunya. Defiende además que todos los cargos de Cs coinciden en que el nuevo proyecto que ella asumió hace apenas un año tiene que seguir trabajando porque la formación naranja "es más necesaria que nunca".