- El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ordenó ayer el cese del jefe del Estado Mayor, Gasparyán, que había encabezado una carta firmada por más de 40 altos cargos militares exigiendo la renuncia de Pashinián por la derrota de Armenia en el conflicto de Nagorno-Karabaj con Azerbaiyán, que se saldó con la muerte de unos 3.000 soldados de cada bando y unos 150 civiles.

El primer ministro, que enfrenta grandes protestas desde que el pasado noviembre firmó un acuerdo de paz con Bakú negociado por Rusia que implicaba la cesión del control de territorios en el enclave montañoso, ha definido la iniciativa de la cúpula militar como un "intento de golpe de Estado" y ha instado a sus seguidores a salir a la calle para respaldarle.

La oposición, sin embargo, se mantiene firme y reclama a Pashinián que desaloje el poder como única salida a la situación de tensión política.

El frágil equilibrio entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas se rompió cuando el primer ministro, en el poder desde la revolución incruenta de 2018, criticó abiertamente al Ejército.

Todo empezó con las invectivas vertidas por Pashinián sobre las supuestas deficiencias de los misiles tácticos de fabricación rusa Iskander durante la guerra que acabó en noviembre pasado en el Karabaj con una dolorosa derrota armenia.

El subjefe del Estado Mayor, Tigrán Jachatrián, calificó de "poco serias" las palabras del primer ministro, que le destituyó de manera fulminante.

Pashinián, al que muchos armenios responsabilizan directamente de la derrota en el Karabaj, añadió más leña al fuego de la división, al afirmar que los militares "tienen que responder" a las preguntas de la sociedad para que se sepa "la verdad sobre la guerra" en el Karabaj. "Pero hay generales a los que no les gusta que la gente pueda hacerles preguntas", opinó.

La reacción del Ejército a la destitución de Jachatrián no se hizo esperar y pidieron su renuncia. "El primer ministro de Armenia y el Gobierno ya no son capaces de tomar decisiones adecuadas en esta situación de crisis para los armenios", señalaron en un comunicado.

El Estado Mayor armenio consideró que ha aguantado "mucho tiempo los ataques de las autoridades dirigidos a desacreditar a los militares, pero todo tiene límites". Los militares "han ejercido su labor con honor y han luchado contra el enemigo" Azerbaiyán, en el enclave separatista de Nagorno Karabaj, recalcaron.

La cúpula militar advierte, sin embargo, contra el uso de la fuerza en su declaración, firmada por 40 altos cargos castrenses, entre ellos el recién destituido Gasparián.

Tras denunciar los planes de asonada militar, Pashinián salió a la calle para reunirse con el pueblo en la principal plaza de la capital armenia. "El Golpe militar no tendrá éxito. Todo acabará de manera pacífica. Juntos diremos qué hacer", gritó en las calles de Ereván.

En cambio, parte de la oposición ha demandado la inmediata renuncia de Pashinián, al tiempo que niega que la petición del Ejército suponga una asonada militar.

En la misma línea, el expresidente Robert Kocharián llamó al pueblo a sumarse a los militares que exigen la dimisión del jefe del Gobierno. Las fuerzas de seguridad armenias han llamado a la población a abstenerse de "acciones ilegales" que pongan en peligro la seguridad nacional.

El Kremlin, principal aliado de Armenia, expresó su "preocupación" por los acontecimientos en Armenia e instó a la calma, mientras Turquía condenó lo que llamó "intento de Golpe militar".