- Aún ni siquiera ha arrancado la campaña electoral en Madrid, pero ya vuelan los cuchillos en doble dirección entre el PP y Unidas Podemos. Ayer mismo, y tras varias salidas de tono previas de la candidata a presidenta popular Isabel Díaz Ayuso, el líder de la formación morada y futuro candidato, Pablo Iglesias, lanzó una seria advertencia a la cúpula de Génova: afirmó que, si vence en las elecciones del 4-M, levantará “las alfombras” tras décadas del PP en las que la formación se ha dedicado a “robar a manos llenas” y “desobedecer la ley”.

Madrid vuelve a mostrar claros signos de polarización en una precampaña electoral en la que sobre el papel parece haber tan solo dos contendientes: el PP de Ayuso y Unidas Podemos de Iglesias, que así dejarían fuera de la ecuación a otras siglas como el PSM, Más País o Vox. Y nuevamente se lanzan mensajes de una trinchera a otra. Iglesias, de hecho, aseguró que, si levantan las alfombras, la presidenta regional en funciones y otros muchos dirigentes del PP quizás “son imputados como sus predecesores y terminan en la cárcel por robar a los ciudadanos”. Fue todo un misil en la línea de flotación de un PP que durante los últimos tiempos está acuciado por la corrupción.

Iglesias realizó ayer estas declaraciones en un acto, denominado La vivienda: ¿derecho o bien de mercado?, en el que participó junto a sus primeras espadas de Unidas Podemos. En ese contexto, no dudó en cargar tintas contra Ayuso, a quien no cejó en calificar de trumpista, que plantea “abiertamente” “desobedecer la ley” cuando la justicia le ha requerido que revierta la venta de 3.000 viviendas del antiguo Ivima a fondos de inversión en 2013. Y la acusó de convertirse en dirigente que avala el “poder de los corruptos y la mafia” para tratar de seguir gobernando en Madrid, como se vio en el famoso “tamayazo” cuando se “compró” a dos antiguos diputados del PSOE para que los populares siguieran ostentando el Gobierno regional, algo que en su opinión también ocurrió en Murcia para desbaratar una moción de censura contra el popular Fernando López Miras.

Convertido en epicentro de la política estatal desde que Ayuso llamara a las elecciones del 4 de mayo, Iglesias recordó que “Madrid fue el terreno predilecto de la corrupción. En Madrid se compraban diputados”, abundó. Así, no dudó en aseverar que el PP está “preocupado” ante la oportunidad de perder Madrid. “Se quieren atrincherar en Madrid, con sus constructores y sus corruptos. Y dicen abiertamente que reivindican la libertad... la libertad de incumplir la ley y desobedecer la Constitución, la libertad de robar a manos llenas”, lamentó. El mensaje de ayer de Iglesias no busca otra cosa que aglutinar en torno a su figura los votos de la izquierda, toda vez que es consciente de que el candidato socialista, Ángel Gabilondo, cuenta con un escaso tirón entre el electorado.

Iglesias aludió a la polémica del alquiler con el PSOE, aunque se centró en criticar a Ayuso. Sobre el alquiler, dijo a sus socios en el Gobierno español que lo que Podemos plantea supone cumplir la Constitución, que recoge que los poderes públicos regulen la vivienda para evitar la especulación en el artículo 47. Avisó de que “hay una mayoría parlamentaria en el Congreso que va a hacer que vayamos a ganar este debate”.

Moderación. El candidato del PSM a las elecciones del 4-M en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, llamó ayer a los votantes de Cs a sumarse a la causa socialista. Gabilondo advirtió de que en la comunidad ahora mismo hay un “empate a votos” entre conservadores y progresistas, y en ese tablero “es decisivo saber que el desempate está en manos de los votantes de Cs”. En declaraciones en Fuenlabrada , el dirigente socialista proclamó su apuesta por la moderación, frente a extremismos como los propugnados por Vox. “Somos un proyecto progresista que quiere construir un Gobierno serio, alejándose de extremismos y radicalismos”, manifestó en una cita en la que, por último, recalcó el valor de la suma de votos progresistas. “No estamos sumando diputados, estamos sumando ciudadanía”, según concluyó.