La Cámara de Comptos respalda las cuentas y la legalidad económica de la gestión de Consejo de Navarra, órgano consultivo superior de la Comunidad foral que en 2020 redujo significativamente su labor por la pandemia del coronavirus, con un total de 30 dictámenes frente a los 54 de 2019.Lo recoge el órgano fiscalizador en un informe remitido al Parlamento que analiza las cuentas de 2020 del Consejo de Navarra y el cumplimiento de la legislación en la actividad económico-financiera de la institución.

El Consejo de Navarra está integrado por cinco miembros, independientes e inamovibles, nombrados a propuesta del Parlamento de Navarra entre juristas de reconocido prestigio. Su mandato es de ocho años y no pueden ser reelegidos. El órgano de decisión es el pleno, formado por todos sus miembros, al que corresponde el nombramiento del presidente y secretario.

Los miembros del Consejo de Navarra no se dedican en exclusividad a la institución, sino que perciben una compensación económica por su participación como ponentes en informes y dictámenes, así como por la asistencia a reuniones.

La plantilla de la institución está formada por un letrado y una secretaria de Presidencia.

Con todo ello, el informe de Comptos constata que el Consejo de Navarra gastó el año pasado 245.000 euros, de los que 148.000 corresponden a personal y 96.000 a bienes corrientes y servicios. A este capítulo se imputan las retribuciones a los miembros del consejo por la realización de informes y dictámenes. Ese gasto se ha reducido notablemente como consecuencia de la pandemia de la Covid-19.

El informe señala que las cuentas anuales del Consejo de Navarra expresan la imagen fiel del patrimonio, la liquidación del presupuesto y los resultados de sus operaciones en 2020. En cuanto a la legalidad, la actividad económica de la institución se desarrolla de acuerdo a la normativa vigente.

El Consejo de Navarra emitió el año pasado 30 dictámenes, 24 menos que en 2019.