Hace 15 años arrancó en la CAV la construcción del Tren de Alta Velocidad, un proyecto para unir en 30 o 40 minutos las tres capitales vascas y a estas con Madrid y Francia, cuya fecha de finalización sigue en el aire y que el PNV ha vuelto a poner sobre la mesa en la negociación de los Presupuestos del Estado.

En octubre de 2006 comenzaron las obras en Álava. Ahora la mayoría de los tramos de los tres ramales están finalizados pero sigue en obras un punto muy importante, el conocido como “nudo de Bergara” que conecta las tres ramas de la Y vasca: la alavesa, la vizcaína y la guipuzcoana y además es la salida natural del TAV en Navarra.

El paso de los años ha dejado en agua de borrajas las sucesivas fechas que se han puesto sobre la mesa y las obras de la Y vasca superan ya los 12 años que se tardó en culminar la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona, los 8 años de la de Madrid-Valencia, y los tres años de la decana Madrid-Sevilla.

Ahora el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, ha admitido que no será hasta finales de 2026 o principios de 2027 cuando se puedan terminar las obras de esta infraestructura y que quedará para más tarde la construcción de las entradas soterradas a Vitoria y Bilbao.

Un horizonte largo para unas obras que se han eternizado y que amenazan con no hacer realidad el proyecto del TAV.